Estás leyendo

Yosu y Roura honran al chándal

Mr. Pentland

Míster Pentland fue justo lo que la mayoría llevamos dentro: un entrenador. El precursor y más innovador. Este rincón tratará de su gremio. De los inicios, las trayectorias y las anécdotas de sus sucesores. Modestos y profesionales. Españoles y foráneos. De club o seleccionadores. Bienvenido. Pase y tome asiento.

Autor: Alfredo Matilla

Yosu y Roura honran al chándal

Con el nombre que tiene este blog, y en plena resaca de un cumpleaños centenario, sería un sacrilegio no hacer referencia esta vez del Racing y a las múltiples y curiosas historias que han vivido sus 71 entrenadores. Desde los innovadores métodos de Míster Pentland a las terapias psicológicas de Manzano con el vídeo del 5-0 al Barça, pasando por el cambio de rumbo aportado por Setién. Es un fundador de la Liga y merece un respeto. Anímense y no decaigan aquellos que a estas alturas ya están pensando en mirar hacia otro lado porque consideran que hablar de un Segunda no es atractivo o, peor, debido a que sus preferencias (Madrid, Barça…) no se van a ver satisfechas. Se equivocan. Miraremos a su pasado particular para entroncar con la actualidad y poder debatir sobre el futuro. Un histórico así, además de merecer éste y otros homenajes, da para conocer al descubridor de Santillana (Fernández Mora), al impulsor del tiqui-taca culé (Laureano Ruiz), para recordar a un seleccionador que triunfó en las Olimpiadas del 92 (Miera) o para confirmar que el ‘suena Míchel’ no es un chascarrillo. En El Sardinero también estuvo apunto de aterrizar en 2006, y si no firmó fue porque a Pernía no le gustó conocer a alguien más gallo que él. Pero sobre todo, esta entidad da para acercarnos a un mito al que más que nunca convendría recordar: Nando Yosu. Origen y destino de este post. Héroe ayer y ejemplo hoy.


Al igual que el Racing siempre fue un pionero en España al integrar el primer campeonato de diez equipos, al ser el primero en lucir publicidad en sus camisetas (Teka), en convertirse en Sociedad Anónima, en ser televisado (24 de octubre de 1954 en el Bernabéu) o en tener extranjeros (los mexicanos Pría y De la Fuente); también fue único con los entrenadores. Que se lo digan a Yosu (Munguía, Vizcaya, 8-07-1941), que ha sido jugador, técnico y emblema en este club y ha vivido de todo en primera persona. Muchas cosas buenas. Algunas malas. Y demasiadas anecdóticas. El Racing habrá sido el primero, y quizás de los pocos, en tener un triunvirato al mando de su equipo hace bien poco, en echar a Paquito justo antes de la cena conmemorativa del ascenso en 1993 y, sobre todo, de despedir a dos técnicos antes de empezar una Liga en este siglo. A López Caro en la temporada 2006-07, cuando el exentrenador del Madrid firmó en la transición presidencial entre Huerta y Pernía y éste, a pesar de ser un beato, no estaba de acuerdo en la duración del contrato (tres años) que le había conseguido un miembro de la Junta con quien compartía congregación ultracatólica. Y a Unzué, el pasado verano, tras llegar de la mano de Manolo Sáiz (sí, el de la Operación Puerto) con una nómina desorbitada que la jueza del Concurso echó para atrás. Dos vaivenes que, sin embargo, no fueron los más importantes por aquellos lares.

Dimitrypiterman

Si hubiera que rescatar una historia peculiar, por sorprendente y clarificadora, sería precisamente la que el propio Yosu protagonizó. En primer lugar porque no creo que haya muchos casos más como el suyo en el mundo. Llegó a entrenar en El Sardinero hasta ¡en seis etapas distintas! Y en segundo, porque experimentó una relación de supervivencia con Dimitry Piterman digna de estudio. La ortodoxia y el costumbrismo convivieron juntos. La estridencia y el saber estar. El magnate de paja y el mítico salvador. Imaginen a Mourinho y Molowny juntos y lo entenderán. Piterman y Yosu regalaron una escena el 22 de marzo de 2003 en un hotel de Barcelona que resume la bipolaridad de una bicefalia que ha marcado al Racing en su camino entre lo que se debe hacer y de lo que hay que huir.

Ese día Piterman, sin ruborizarse y medio descamisado, se vino arriba en la previa ante el Barcelona de Van Gaal en el Camp Nou y en plena concentración reunió a la plantilla para dar la charla táctica mientras Chuchi Cos, su marioneta con carnet de entrenador, se comía una manzana en silencio. El ucraniano habló a sus chicos de salir al ataque con tres delanteros que podían llegar a ser cinco en plena contra desplegada. Inculcó a Moratón, Neru, Benayuoun y compañía que había que cuidar la posesión. Se refirió también a la presión en área contraria, a la valentía y el descaro como bazas para sorprender al rival. Y, por el contrario, dedicó pocos versos al sistema defensivo. Clave en un modesto. Piterman preguntó entonces si había quedado claro el plan y sugirió objeciones. Por una falsa cortesía. Los jugadores, impresionados con el suicida planteamiento que les podía llevar al ridículo, callaron. Pero al fondo de la sala, Nando Yosu, que viajaba con el equipo para aportar algo de racinguismo a la expedición en una etapa tan turbulenta, rompió el silencio perplejo: “Si jugamos así, nos hacen media docena”. Los futbolistas se quedaron helados y conmovidos por su solidaridad. Piterman se quedó más bien cortado. Como diciendo, “qué sabrá este viejo”. Dio por terminada la sesión e intentó convencerle tras su mitin. Sin éxito, claro. El resultado fue 6-1.

NandoYosu

Nando Yosu era así de claro y tajante. Y por eso calaba tanto y era tan respetado. Ha sido un referente. El Racing siempre acudió a él como apagafuegos. Y en cada experiencia le fue bien. Ya conocerán de sobra sus milagros salvando al equipo; la última vez en 2006. Casi siempre con su impecable chándal, repeinado a más no poder como un actor de cine antiguo y con un aroma entrañable a jabón de lagarto. No se descomponía aun en las circunstancias más desesperadas. Por eso, en estas últimas semanas me he vuelto a acordar mucho de él. Quizás porque es lo que hubiera necesitado este Racing de nuevo en apuros. Quizás porque la maldita vejez no le permite recordar lo que nos regaló y su sufrimiento, frustra. Pero, sobre todo, porque se han puesto de moda los presidentes que se desmarcan de este tipo de entrenadores campechanos en su ímpetu por modernizar la marca. No lo dicen pero lo piensan: los técnicos como Nando Yosu ya les parecen paletos y más bien desfasados. Y duele.

Hay una larga lista de técnicos que han sufrido este desprecio y se han visto obligados a reciclarse contra natura. Sobre todo desde que Florentino reconoció públicamente cuando prescindió de Del Bosque que “su liberto tenía síntomas de agotamiento” y había que modernizar ese cargo. Quizás, debido a esta mentalidad, antes era una costumbre ver a los técnicos de sport en la banda y hasta con las botas de tacos puestas (vean la foto de Yosu ante el Madrid) y ahora casi todos reniegan del traje de faena. Los técnicos se ven amenazados porque ya no basta con saber e inculcar. Hay que explicar y representar. De ahí que el propio Vilanova, y mil seguidores más, imiten ahora a Guardiola con esas rebequitas ceñidas a juego con los pitillos. De ahí que Paco Jémez y tantos otros curritos rizan el rizo y se recargan con chalecos y pañuelo. De ahí que JIM haya echado mano del chicle y la gomina. Pero hay un caso, el del último que está padeciendo estas presiones, que no ha dado su brazo a torcer. Se llama Jordi Roura y está al frente del Barcelona.

Su directiva, quiero que lo sepan, le ha pedido con varias indirectas que mientras haga de primer entrenador en ausencia de Tito deje de lucir el chándal para enfundarse un traje con todos sus complementos. Así de duro y sectario. Él sigue en rebeldía, pero me da que ese afán de ser como es y no como quieren que sea le está haciendo perder el crédito de sus jefes y el respeto de la gente. Independientemente de algún tropiezo inesperado, y de que a veces se ha excedido ante los micros, su imagen pesa más que sus conocimientos y por eso se le juzga y castiga. Los prejuicios de una mayoría parece que jamás se esfuman. Curioso cuando en Santander, en el viejo y muchas veces ejemplar Racing, aún se hacen emocionadas visitas a la residencia donde descansa Nando Yosu para para darle las gracias y él, vestido con su precioso chándal del Racing de su época, guiña un ojo mientras espera otra oportunidad.

JordiRoura



5 Comentarios

Mostrar
avatar

José Antonio

Bien por Roura. Es auténtico. Mal por la predominancia de una imagen mal entendida en el deporte. Mal por los vendedores de humo. Un entrenador... Un deporte... Un chandal... ¿De qué estamos hablando? El fútbol no es ni más ni menos que un deporte.

02/26/2013 12:55:40 PM

avatar

Javier

Gracias Matilla. Por querer al Racing más que los propios.

02/26/2013 01:21:50 PM

avatar

Mar

Se pondrá hoy Roura también chandal para el Clásico?.

Les dejo un enlace genial sobre las mentiras históricas del fútbol español: http://xurl.es/d86s9

02/26/2013 05:54:38 PM

avatar

planchada

Gracias por este artículo, simplemente, impresionante ; me gusta mucho que alguien pueda acordarse de NANDO en un momento tan importante para nuestro RACING

02/26/2013 11:28:41 PM

avatar

José Manuel

Buen artículo Alfredo, a mi también me gustó siempre la figura del entrenador de antaño que parecía un jugador más con su chándal que ahora, donde muchos parecen buscar el dar una buena imagen.

09/25/2013 05:15:35 PM