Saludos de nuevo. Ha pasado una semana desde que regresáramos del GP de San Marino, en Misano, y aún sigo alucinando con la manera en que Valentino Rossi gestionó la presión en SU carrera. Me ha servido para lanzarme a redactar estas líneas unas declaraciones que acabo de leer en la red de Jeremy Burgess, el laureado jefe de mecánicos del italiano, en las que comenta que Valentino nunca deja de asombrarle. Pues si le asombra a él que le conoce mejor que nadie, imagínese señor Burgess a los demás.
El australiano habla con mayor conocimiento de causa que nadie, corroborando la teoría que algunos teníamos sobre que la cita de Misano era la más crucial de lo que iba de campeonato. Suponía una especie de ser o no ser para un Valentino que no podía permitirse que Jorge Lorenzo le recortara puntos por segunda carrera consecutiva. Me lo dijo el gran Kevin Schwantz en una amena conversación telefónica nada más acabarse la cita de Indianápolis, la del resbalón del octacampeón y la victoria del español. No le faltaba razón al tejano, porque la verdad es que la tensión se podía palpar en el ambiente desde el primer día de Misano.
Yo aproveché la ocasión para regresar a Tavullia, el pueblo natal de Valentino, a sólo diez kilómetros del circuito de Misano Adriático, lo que me sirvió para renovar mis votos como rossimaníaco. La mayor parte de culpa de ello la tienen Rino Salucci y Flavio Fratesi, presidente y vicepresidente del Official Fan Club Valentino Rossi. Es increíble lo bien que se lo curran estos tíos. Cada idea me parece más genial que la anterior y, tal como aseguró Flavio después de la victoria 100 de Rossi en Assen, la pancarta conmemorativa de su gesta presidía la plaza del pueblo, al colgarla bajo el campanario. Quedaba fantástica y, por si no fuera suficiente, se les ocurrió hacer simpáticas reproducciones a tamaño real de su héroe que colocaron por diversas fachadas de Tavullia. Había Valentinos por todas partes y, como no podía ser de otro modo, siempre sonriendo. La idea la remataron en su ya clásica grada en el circuito, Brutapela, con un tifo formado por 4.000 aficionados provistos de gorras, banderas y caretas con el rostro del campeón.
Lo mejor de esta gente es que no son sólo fachada. Cuenta Flavio entre bromas que todos los de Tavullia nacen con una tara, pero debe ser la tara de la simpatía y la hospitalidad, porque allí tratan a todos por igual, italianos, españoles o de donde sean los visitantes, aún a sabiendas de que alguno pueda ser un lorencista infiltrado, que también los hay. Me encantó oír a Rino, el padre de Uccio, el amigo inseparable de Vale, decir mientras comíamos en la ‘Osteria gli ultimi’ que Lorenzo es el rival más peligroso al que jamás se había enfrentado su piloto. Yo lo pienso igual y, como ya dije tras su triunfo en Indianápolis, reitero que los 50 puntos de distancia que había entre ambos en esa carrera no era una distancia real.
Ahora es de 30 y, tras ver cómo dominó Rossi todas y cada una de las tandas de entrenamientos, lo más lógico era que ganara él la carrera. Tan lógico como que Lorenzo acabara segundo, porque hasta el propio Dani Pedrosa tenía claro que no sería capaz de plantarle cara a los oficiales de Yamaha una vez le superasen. El catalán me reconoció después en rueda de prensa que le parecía frustrante la situación que vivía, pero depende de él encontrar la solución, empujar a la gente de Honda a hacer una moto mejor, porque eso también es responsabilidad suya como jefe de filas. Lo que no tengo tan claro es que a ello contribuyan declaraciones como las que hizo en la televisión italiana, diciendo que la única razón por la que había decidido renovar por un año con Honda era porque no había una Yamaha oficial para él.
Volviendo a Rossi, una prueba irrefutable de la presión a la que se vio sometido ante la llegada de la carrera de casa, la misma con la que se sentía obligado a intentar ganar y olvidarse de la calculadora, fue las declaraciones que hizo en la entrevista que concedió a AS como consecuencia de la renovación de Lorenzo con Yamaha por un año. En el encuentro anual con el crack, había que hablar esta vez más que nunca de motos y, siempre en un tono muy distendido, el italiano se despachó a gusto. Rossi conoce la buena relación que mantengo con Lorenzo, pero eso es algo que no ha mermado para nada la que me une a él desde hace unos años. Os puedo asegurar que hay buen feelling y que, salvando las distancias, nuestras entrevistas discurren como una conversación entre amigos o de tertulia de bar. El tiempo estimado en el cara a cara es de diez minutos, pero nos tiramos dieciséis sin que mirase una sola vez la hora. Es más, fui yo el que la dio por terminada por no quemarle, dado que aún tenía otras por delante.
El caso es que en esa entrevista, me dijo que Agostini tiene razón y que, después del año que viene, él o Lorenzo tendrán que salir del box de Yamaha porque ya no habrá sitio para los dos. Además, aseguró que sentía que Yamaha se había comportado mal con él, por permitirle a Jorge renovar por un año en vez de por dos como a él le ha tocado hacerlo siempre… La verdad es que todo esto lo podía haber dicho antes de la carrera de Indianápolis, que es cuando renovó el mallorquín, pero creo que entonces no lo hizo porque estaba mucho más tranquilo con sus 50 puntos al frente de la general que con los 25 con los que llegó a Misano. Lin Jarvis, el jefe de Yamaha Racing, lo entendía así también. Os paso el link con la entrevista de Valentino, que publiqué en dos entregas, y la de Jarvis, que publicamos tres días después de la carrera. Así cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Entrevista Rossi /
Entrevista Jarvis.
La mía ya la he manifestado unas líneas más arriba y, conociendo el estrés al que se vio sometido el italiano, me sorprende aún más lo bien que lo hizo todo. Es más, me atrevería a decir que en Misano vimos la mejor versión de Rossi en años, incluyendo la cachondada del asno en el casco y las orejas de burro con las que subió al podio en reconocimiento a la burrada que hizo en Indy. Si continúa así, sólo un milagro podría brindarle el título de MotoGP este año a Lorenzo, aunque esto no se ha acabado todavía y, si el italiano vuelve a equivocarse, el español estará ahí para aprovechar la ocasión.
Especial hincapié me gustaría hacer en Toni Elías. Creo que esta es la temporada en la que más méritos ha hecho, por su regularidad, para ganarse una plaza de cara a la próxima temporada y, sin embargo, es la vez que más crudo tiene salvar el culo. El año que viene le veo en Moto2, con Sito Pons. No me atrevo a decir que será el máximo favorito a campeón porque considero la categoría una lotería en su primer año, pero sí que será el piloto con más nombre. O de los que más, porque Julián Simón llegará como campeón del mundo de 125cc. Puede serlo ya en Estoril. Y pensar que si hubiera hecho caso a Puig nos habríamos perdido este brillante título… No es manía persecutoria contra Alberto, pero conviene recordar que a punto estuvo de cargarse la carrera de Simón, machacándole dentro y fuera del box a la vez que minándole la moral con frases del estilo vuélvete a tu pueblo, paleto, que no vales para esto. Está visto que todo el ojo clínico que tuvo el día que apostó por Pedrosa se lo dejó olvidado en algún diván cuando se deshizo del toledano…
Por terminar con algo más agradable, recordaos que hoy, 14 de septiembre de 2009, se cumple el 40 aniversario de la consecución del primer título español en el Mundial de motociclismo, por obra y gracia de Ángel Nieto. Igual alguno de vosotros le vio correr más que yo, que sólo le recuerdo a partir de principios de los 80. He hablado mucho con él y he visto la película de su vida unas tres veces, pero me gustaría que me contarais algunas de sus batallas y también que os parece su papel en el mundo de la moto. A mi es un tío que me encanta, por lo que fue como piloto y por lo que es como persona. Aún sigo sin entender cómo puede tener el Príncipe de Asturias Sito Pons y no Ángel Nieto. Pensándolo bien, tampoco ese ejemplo es muy ilustrativo, porque que se lo hayan dado este año a Isinbayeva en vez de a nuestra valerosa Marta Domínguez… Tiene narices. Un saludo.
PD: De 250cc no he dicho nada, pero es porque me da miedo gafar a Bautista. Creo en él a muerte para el título, pero necesitamos que vuelva a ser el de antes de Assen, no el timorato de los últimos grandes premios. En Misano reaccionó al final, pero hará falta más.
