La expresión no es mía. La del titular, digo. Lorenzo is The Man! (Lorenzo es el hombre) es el grito de guerra con el que me saluda de cuando en cuando mi colega inglés Matthew Birt, enviado especial a los grandes premios de la prestigiosa publicación Motor Cycle News. El domingo pasado, en plena sala de prensa de Motegi, Mat lo gritó con el brazo en alto y con una enorme sonrisa de satisfacción en su rostro tras la carrera de MotoGP que acababa de contemplar: Lorenzo is The Man! A su lado estaba su inseparable compañero de batallas, Colin Young, un freelance australiano al que le gusta apodar a los pilotos con su peculiar castellano, remataba la sentencia de Mat con su habitual retranca: Lorenzo Galáctico y Nuevo genio.
Os cuento esto camino de Jerez, donde se va a vivir, espero, el fin de semana de carreras más caliente de los últimos tiempos. Los resultados de Japón fueron inmejorables, con cinco podios españoles de nueve posibles: dos victorias (Lorenzo y Bautista), un segundo (Simón) y dos terceros (Pedrosa y Espargaró).
Antes de centrarme en la cita española, de la que tendremos tiempo de explayarnos en BOX34 a su conclusión, quisiera que repasáramos más lo de Motegi. Yo no me esperaba, salvo sorpresa, la victoria de Lorenzo, porque lo que allí se intuía era un duelo Rossi-Stoner con Jorge al acecho. El viernes ya había demostrado un buen ritmo y el sábado resultó inútil a la hora de sacar conclusiones, por la lluvia. Ya el domingo, justo antes de que empezara la carrera, el mallorquín le dijo a su hombre de confianza, Héctor Martín, que le prepara la bandera de Lorenzo’s Land para entregársela a la salida de la primera curva. El bueno de Héctor se quedó a cuadros, casi paralizado, pero cumplió su misión y, tras ganar la carrera, le entregó a su piloto la bandera con la que mostró al mundo que acababa de conquistar otro territorio, el del país del sol naciente. Para ello hizo una carrera perfecta. Esta vez en la salida sólo perdió dos posiciones, y se encargó de recuperarlas en la primera vuelta pasando a Stoner y Vermeulen. Se puso rápido tercero y de Pedrosa se deshizo con un limpio interior de izquierdas. Muy rápido también llegó hasta Rossi, y en la novena vuelta lanzó su ataque. El italiano le devolvió el primero al instante, pero el segundo resultó definitivo. Fue en la frenada de derechas previa al túnel próximo a la meta. Cada año suelo ver la carrera de MotoGP justo en ese punto, a pie de pista, pero esta vez no me dio tiempo por lo larga que se hizo la rueda de prensa con Bautista. Me arrepentí de ello después, pero el trabajo es lo primero y vi como vosotros, por la tele, una de las mejores pasadas de los últimos tiempos, porque Rossi es un gran frenador y se vio que no tenía ninguna gana de que Lorenzo le adelantara en ese punto. El duelo fue precioso, con ambos en paralelo y con el español doblegando al octacampeón. Ver para creer…
Pero la prueba tuvo mucho más y, aunque nos quedamos sin ver otro adelantamiento de última vuelta en pugna por la victoria, esta vez MotoGP sí que se mereció con creces el calificativo de clase reina. A ello contribuyó el CARRERÓN, así, con mayúsculas, de Pedrosa, máxime ahora que sabemos que su Bridgestone delantero estaba defectuoso. Dani tiene una capacidad alucinante para sobreponerse a los problemas en plena carrera, y en Motegi hizo el más difícil todavía. Salir undécimo, y colocarse tercero tras la primera curva, está al alcance de muy pocos. Lo hizo por fuera y, aunque ni él mismo se creía que estaba tan arriba, aguantó delante toda la carrera para subir al podio. No pudo contener el empuje de Lorenzo y al final perdió su duelo con Rossi, pero lo intentó como nunca, pasándose seis veces entre el español y el italiano en sólo tres vueltas. Sin la victoria de Lorenzo, su podio habría tenido aún más brillo, pero esta vez fue el mallorquín el que eclipsó parte del éxito del catalán. De otro modo no se entiende la cara de circunstancias con la que le recibió Puig en el corralito. Los resultados mandan, pero el sello queda.
Por cierto, había visto pocas veces a Rossi con la cara tan desencajada después de una carrera. Lo dio todo, pero no fue suficiente esta vez y en el box de Forcada se trabajó, técnicamente, mejor que en el de Burgess. Buscará pronto revacha. Y de Stoner señalar que, efectivamente, no es imbatible.
La carrera de 250cc me dejó muy satisfecho por Álvaro. Su séptimo en Qatar despertó dudas y en Motegi las espantó todas, porque ganó con la misma autoridad que exhibió en su camino al título de 125cc. Simoncelli se tragó el piano y perdió toda opción de puntuar, pero el rato que estuvo delante demostró la calidad que atesora. Y Barberá cedió sin mostrar defensa alguna su liderato por una mala salida, que le llevó a un toque de motos que le dañó el freno delantero. Sólo fue undécimo y Stoner, con un problema en el disco delantero de su Ducati, acabó cuarto. Es así como se ganan los títulos, salvando los muebles lo mejor posible el día que no se puede ganar.
Y de 125cc, señalar que me da miedo que Iannone pueda convertirse en otro caso Simoncelli, aunque a éste sí que se le veía venir más durante la pretemporada. Lleva dos victorias seguidas en dos carreras marcadas por el agua, aunque sigo creyendo que Simón es el más fuerte del octavo de litro. El de Villacañas tendrá que demostrárselo a él mismo ganando este fin de semana en Jerez. En su caso no vale otro resultado, o casi. Tras un 2008 en blanco, sin ningún título español que celebrar, el de 125cc es el que más claro de todos veo para 2009, así que no conseguirlo sería un fracaso. Cualquiera de los ocho tiene posibilidades de ganar carreras, aunque ya digo que Simón es la apuesta más segura.
En 250cc que nadie se sorprenda si revivimos este fin de semana en Jerez otra carrera apasionante como aquella de los 42 adelantamientos de 2007. Bautista, Simoncelli y Barberá son una garantía de batalla y espectáculo, sin olvidar a Debón, que está dispuesto a dar guerra siempre y al meritorio Aoyama, con una Honda más floja, pero favorecida por la falta de evolución en las RSA.
De MotoGP os diré que para mí el gran favorito es Stoner, porque en los IRTA les dio un baño a todos y porque, aunque nunca se ha subido al podio allí con la Ducati, la Desmosedici GP9 se adapta muy bien a las curvas más rápidas de este circuito (Crivillé o Ferrari). Pero lo que más nos gustaría a todos es ver un duelo por la victoria entre Pedrosa y Lorenzo. El año pasado fue tal su rivalidad que hasta el Rey Juan Carlos, al acabar la carrera, les juntó las manos y les dijo: “Tenéis que llevaros bien”. Está claro que no le hicieron mucho caso pero, al menos, en Motegi les vimos brindar juntos en el podio. A ver qué pasa ahora. Para mí que está en juego la supremacía del motociclismo español. Hasta ahora, el líder indiscutible era Pedrosa, pero Lorenzo ya ha dado muestras de que él también quiere llevar el brazalete de capitán. ¡Qué lo disfrutemos todos!