Según la OMS deberíamos consumir al menos 400 gramos de frutas y hortalizas al día y solo el 14% de la población europea cumple con esta recomendación. Un dato incomprensible si tenemos en cuenta el enorme abanico de posibilidades a nuestra disposición y la amplia evidencia científica que respalda su inclusión en cualquier dieta que pretenda ser saludable.

Las frutas y verduras proporcionan al organismo incontables beneficios y es necesario revertir esa dínamica de bajo consumo. Por ello, hoy compartimos las excelencias del calabacín que cuenta con una elevada densidad nutricional y un baja densidad energética, que deberían colocarlo como un imprescindible en nuestras elaboraciones.

“El calabacín, a diferencia de otras verduras, es un alimento muy versátil que se puede incorporar de distintas formas y combinado con múltiples alimentos: ensaladas, guisos, rellenos, en sofritos, hervido.... Cuantas más combinaciones de alimentos (sobre todo de origen vegetal), mayor será la sinergia entre nutrientes y compuestos de amplio interés para la salud”, explica el nutricionista Carlos Ríos.