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Los 5 alimentos ultraprocesados que debes eliminar de la dieta

Son preparaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que incluyen largas listas de aditivos con muy poco valor nutricional, pero sí muchas grasas, azúcar, sal y calorías.

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as.com

A estas alturas nadie se sorprenderá si afirmamos que en una dieta que se precie de ser saludable y equilibrada no deben faltar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva, productos lácteos desnatados o semidesnatados y fuentes de proteínas saludables de origen animal o vegetal. Y, de igual forma, deberíamos saber qué tipos de alimentos debemos desterrar de la dieta.

Nos referimos principalmente los alimentos ultraprocesados, que no son otra cosa que preparaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que incluyen largas listas de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes o potenciadores del sabor), con muy poco valor nutricional, que tienen un contenido rico en grasas, azúcar o sal y aportan una cantidad ingente de calorías.

El nutricionista Carlos Ríos, que abandera desde hace tiempo el movimiento Realfooding, lo tiene claro. “Los alimentos tienen una compleja matriz alimentaria, la cual es saludable en su forma natural y mínimamente procesada. El grado de procesamiento de estas materias primas lo hemos pasado por alto, ignorando los posibles efectos que alteran al alimento y que tienen repercusión en nuestra salud”, explica.

Los 5 peores alimentos ultraprocesados

Así pues, Carlos Ríos enumera una lista de alimentos que se deben eliminar de la dieta puesto que son responsables de un aumento del riesgo del mortalidad.

Refrescos y zumos comerciales

“Ambos se relacionan ampliamente con la obesidad y con la mortalidad por todas las causas. Son responsables de más de 185.000 muertes por diabetes y enfermedad cardiovascular al año. Además, las bebidas azucaradas son uno de los mayores contribuyentes al incremento de muerte prematura según Harvard”.

Bebidas energéticas

“Se venden como mejoras en el rendimiento físico, mental, concentración y como acompañamiento del alcohol. Esto último es especialmente peligroso ya que la cafeína mezclada con alcohol puede llevar a beber más de lo que se haría en otras circunstancias. Estas contribuyen al aumento de riesgo de infarto y a la enfermedad cardiovascular general. Aceleran de forma rápida el envejecimiento celular”.

Bollería y snacks

“Desde galletas dietéticas, pasando por cereales azucarados, cruasán, el surtido de bollerías tipo caña, napolitana o rellenito, etc. Millones de personas siguen pensando que el pan blanco, las galletas digestive con fibra o las galletas maría no son bollería y sí lo son. Por otro lado, la familiaridad hace que se consuman prácticamente sin pensar desplazando a los vegetales. Según la encuesta ANIBES ambos grupos pueden proporcionar casi el 30-40% de la ingesta diaria de energía de los españoles, unos 9 kilos de bollería al año come de media cada español”.

Lácteos azucarados

“Los lácteos presentan de forma natural azúcar en forma de lactosa. Sin embargo, no es este el problema, sino que el problema está en los lácteos a los que se le añade intencionalmente azúcar. En niños especialmente, estos productos se relacionan con la obesidad. Muchos padres siguen pensando que los batidos líquidos son sanos para sus hijos”.

Precocinados

“Las pizzas, sándwiches, lasañas o patatas fritas se utilizan comúnmente como excusa ante la falta de tiempo, falta de ideas o por pura adicción. Sin embargo, este tipo de preparaciones contribuyen al empeoramiento de la calidad de la dieta al contribuir al exceso de sodio, aceites y harinas refinadas. Estos productos se asocian con el riesgo de exceso de peso. Consume mejor buenos procesados que son rápidos y convenientes”.

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Ultraprocesados y aumento de peso: dos ejemplos

Una reciente investigación a cargo del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EEUU, pone de manifiesto que un consumo de alimentos ultraprocesados prolongado en el tiempo puede conllevar un considerable aumento de peso y aumentar el riesgo de sufrir determinadas enfermedades tanto de carácter metabólico como cardiovascular.

Los resultados del trabajo en el que se comparaban dos tipos de patrón alimentario, publicado en la prestigiosa revista ‘Cell Metabolism’, indican que aquellas personas cuya dieta fue a base de alimentos ultraprocesados ingerían una media de 500 calorías más en relación al otro grupo que llevaba una dieta saludable y el aumento de peso fue de 1 kilogramo, que fue justo la cantidad de peso que perdió el grupo de alimentos mínimamente procesados. Es decir, la diferencia entre adherirse a una dieta o a la otra fue de dos kilos en tan solo dos semanas.

Pero además, reducir la ingesta diaria de calorías no solo puede traducirse en la pérdida de peso corporal sino que además puede conllevar una serie de beneficios para la salud como la mejora los niveles de colesterol, la presión arterial, el azúcar en la sangre y otros marcadores relacionados con enfermedades metabólicas o cardiovasculares.

Al menos es la conclusión principal de una investigación a cargo de expertos de la Universidad de Duke (EEUU), publicada en la revista 'The Lancet Diabetes & Endocrinology', que sugiere importantes mejoras en la salud y el control del peso corporal incluso en personas adultas que ya tienen un peso saludable.

Y es que los investigadores hallaron que quienes eliminaron de su dieta 300 calorías al día durante dos años perdieron de media 7,5 kilos (5,3 kilos de grasa) en comparación con quienes mantuvieron una dieta, digamos, normal. Unas calorías extra que perfectamente pueden corresponder a las que aportan los ultraprocesados que no aportan nada más que quebraderos de cabeza.