Gestión de emociones ante el distanciamiento con la familia

• El consejo más importante es no perder del todo el contacto. Hoy en día hay muchos métodos de comunicación, por lo tanto no hay excusa para no mantener un mínimo contacto con tu familiar.
• Vivir el día a día. Parece muy largo el curso escolar, pero hay que centrarse en el ahora y en el día de hoy y ya mañana será otro día
• Estar preparados conscientemente para los cambios que nos deparará el futuro. No luchar contra ellos sino adaptarnos a las nuevas situaciones.
• Cumplir las medidas sanitarias pero no obsesionarnos con la higiene. Cumplir las recomendaciones pero no hacer más de lo recomendado ni estar todo el día pensando en este tema. Necesitamos desconectar.
• Mirar noticias contrastadas e información veraz y fiable. No nos ayuda en la gestión emocional estar buscando información en muchos medios y constantemente. Nos genera ansiedad y miedo.
• Confiar en nuestra capacidad de adaptación, no por ser nosotros mejores ni peores sino porque en nuestros genes y en nuestra biología está la capacidad de irnos adaptando a diferentes dificultades vitales.
• Confiar en la unión y los vínculos familiares. Los vínculos se establecen y consolidan en la infancia pero no es necesario que el contacto sea diario y hay muchas maneras de consolidar estos vínculos durante el curso escolar de maneras diferentes
• Comunicar y explicar la situación a los niños explicando la excepcionalidad de la situación y que entiendan que no verán tanto a sus abuelos o tíos por motivos sanitarios y por generosidad hacia nuestros seres queridos. Evidentemente adaptando la explicación a la edad del menor
• Buscar elementos distractores. No tenemos que estar pensando todo el día lo triste y dramática que es la situación actual sino ver todo lo que sí podemos hacer. No centrarnos tanto en lo negativo de la situación sino buscar lo positivo y lo posible de la situación.
• Asumir que ni ahora ni nunca tenemos el control total de la vida. En la cultura occidental nos hacen creer que lo podemos controlar todo y el Covid-19 nos ha demostrado lo que ya sabíamos, pero que habíamos olvidado: que no lo podemos controlar todo y que siempre hay elementos futuros que nos hacen desestabilizar y nos hacen sentir frágiles emocionalmente hablando. Somos humanos, no robots y tenemos sentimientos y emociones y, son estas características, las que nos permiten adaptarnos a las situaciones más complejas.