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COVID-19

Ni el calor ni la humedad modifican el desarrollo de la pandemia

Es la principal conclusión de una investigación de la Universidad de Princeton (EEUU), que desliga las variaciones locales de clima de un posible retraso en la propagación del SARS-CoV-2.

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as.com

El debate sobre la relación entre las variables meteorológicas y la expansión del SARS-CoV-2 sigue vigente. Y lo cierto es que no existe un consenso claro. No son pocos los que tratan de arrojar algo de luz al respecto, pero en muchas ocasiones los resultados son contradictorios o poco concluyentes.

En nuestro país, el ISCIII y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) trabajan conjuntamente para investigar la influencia de variables meteorológicas y de la contaminación atmosférica en la incidencia y propagación de la COVID-19. En este sentido, los primeros análisis preliminares indican que existe una correlación negativa: a menor temperatura promedio, mayor incidencia, en consonancia con lo obtenido en otras investigaciones internacionales.

"Investigaciones recientes en relación a la propagación de la enfermedad COVID-19 y el virus SAR-COV-2 indican que también la humedad del aire puede incidir en la propagación y transmisión de la enfermedad, principalmente en el sentido de que las altas temperaturas y la alta humedad reducen significativamente la transmisión y propagación del virus; por lo que la llegada de la temporada primaveral en el hemisferio Norte podría reducir efectivamente la transmisión de COVID-19”, aseguran los investigadores españoles.

Clima y desarrollo de la pandemia

Pero por otro lado, surgen estudios que precismante discurren en la dirección contraria. Tal es el ejemplo de una investigación de la Universidad de Princeton (EEUU), que asegura que no es probable que las variaciones locales en el clima, ni los más cálidos ni los más húmedos, modifiquen el desarrollo de la pandemia de COVID-19.

Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista ‘Science’ y sus responsables mantienen una postura clara a pesar de que reconocen cierta incidencia en la tasa de contagio. "Proyectamos que los climas más cálidos o más húmedos no retrasarán el virus en la etapa inicial de la pandemia. Vemos cierta influencia del clima en el tamaño y el momento de la pandemia, pero, en general, debido a que hay tanta susceptibilidad en la población, el virus se propagará rápidamente sin importar las condiciones climáticas", explica Rachel Baker, investigadora en el Instituto Ambiental de Princeton (PEI).

Los investigadores justifican sus hallazgos tomando como ejemplo lo ocurrido en determinadas regiones: la rápida propagación del virus en Brasil, Ecuador, Australia y otras naciones en los trópicos y el hemisferio sur, donde el virus comenzó durante la temporada de verano, proporciona alguna indicación de que las condiciones más cálidas harán poco para detener la pandemia.

"No parece que el clima esté regulando la propagación en este momento. Por supuesto, aún no sabemos directamente cómo la temperatura y la humedad influyen en la transmisión del virus, pero creemos que es poco probable que estos factores puedan detener completamente la transmisión en función de lo que vemos entre otros virus", concluye la experta.

Solo será estacional tras una gran exposición

La experiencia con otros virus sugiere que, sin una vacuna u otras medidas de control, COVID-19 probablemente solo responderá a los cambios estacionales después de que se reduzca el suministro de huéspedes no expuestos.

"Si, como parece probable, el nuevo coronavirus es similarmente estacional, podríamos esperar que se convierta en un virus de invierno a medida que se vuelve endémico en la población"

Bryan Grenfell, investigador

"Los coronavirus humanos que circulaban anteriormente, como el resfriado común, dependen en gran medida de factores estacionales, que alcanzan su punto máximo en el invierno fuera de los trópicos. Si, como parece probable, el nuevo coronavirus es similarmente estacional, podríamos esperar que se convierta en un virus de invierno a medida que se vuelve endémico en la población. Exactamente cómo depende de muchos factores complejos para una ubicación determinada", explica Bryan Grenfell, coautor de la investigación.

"El clima es solo uno de los muchos factores. Se necesita una comprensión más profunda e interdisciplinaria de la interacción de múltiples factores que impactan la evolución de la enfermedad: la dinámica de la enfermedad, el clima y los factores socioeconómicos, incluidas las medidas de mitigación emprendidas por la sociedad", concluye Gabriel Vecchi, profesor de geociencias y el Instituto Ambiental de Princeton.