Deporte y Vida

SALUD

Una mala salud bucodental afecta al rendimiento deportivo

Una mala salud de la dentadura y la boca influye negativamente en la calidad de vida de las personas y se relaciona con funciones fisiológicas de gran importancia que pueden alterar negativamente el rendimiento deportivo.

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La salud bucodental y su incidencia en el el bienestar de una persona puede pasar muchas veces desapercibida, aunque son cada vez más quienes se conciencian de que una higiene deficiente puede conllevar numerosos problemas de salud. Además, la relación entre el deporte y la salud oral es bidireccional: de igual forma que la práctica deportiva de forma regular es fundamental para conseguir unos hábitos y estilo de vida saludable, la salud bucodental es una parte integral y esencial que afecta diariamente a la a la calidad de vida y a la salud individual.

Las enfermedades bucodentales tienen una alta prevalencia y son las enfermedades no transmisibles más comunes entre la población, por lo que muchas lesiones articulares y musculares que no se curan con tratamientos de rehabilitación o fisioterapia pueden tener su origen en lesiones periodontales e infecciones bucales”, explica el Dr. Manuel de la Torre, director médico de la Unidad Avanzada de Salud Bucodental de Vithas Internacional (Madrid), que confirma así que los problemas bucodentales también se relacionan con funciones fisiológicas de gran importancia que pueden influir negativamente en el rendimiento de la práctica deportiva

Salud bucal y práctica deportiva

De este modo una mala salud oral no solo afecta a la dentadura y a la boca, sino que afecta a las personas durante toda su vida y favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares o renales, EPOC, diabetes, obesidad, infecciones respiratorias, entre otras.

“Las enfermedades derivadas de problemas bucodentales pueden alterar la respuesta del organismo e influir en la disminución del rendimiento deportivo debido a la presencia de dolor, molestias o desfiguración facial, y también a la existencia de inflamación sistémica, repercutiendo en una peor calidad de vida y menor bienestar”, explica el Dr. De la Torre, que enumera alguno de los problemas más recurrentes.

  • Las caries y los problemas de encías y del hueso de soporte de los dientes pueden originar infecciones que provoquen el paso de las bacterias que viven en la boca a la sangre, causando desde dolencias musculares y articulares en lugares del cuerpo como los gemelos, hasta fatiga y cefalea.
  • Las enfermedades periodontales, como son la gingivitis –inflamación de las encías– o la periodontitis –infección grave de las encías que daña el tejido blando y destruye el hueso que sostiene los dientes– se relacionan con mayor riesgo de aparición de fiebre, contracturas, fatiga e inflamación articular, y con una recuperación más tardía de las lesiones musculares.
  • En la dentadura pueden aparecer otro tipo de trastornos, como el bruxismo –hábito de apretar y rechinar los dientes– o la mala oclusión bucal, que pueden causar dolores musculares en la zona del cuello y la espalda.
  • El incorrecto ajuste entre los dientes superiores e inferiores debido a la falta de algunas piezas o por la mala colocación de las mismas puede derivar en digestiones más pesadas y lentas con un mayor gasto de energía y en alteraciones posturales que incidan en el rendimiento deportivo.

Consejos para mantener una boca y dientes sanos

Unos buenos hábitos de vida y una higiene bucodental correcta son fundamentales para prevenir enfermedades y problemas a corto y largo plazo. Para ello es importante:

- Cepillar los dientes, al menos, 2 veces al día durante 2 minutos con una pasta dental con fluoruro. Es importante no descuidar el cepillado después de cada ingesta, dedicando mayor tiempo al cepillado al levantarnos y antes de acostarnos con el objetivo de eliminar los restos de comida que han podido quedarse adheridos a los dientes durante el día.

- Limpiar los dientes todos los días con un cepillo interproximal y prestar atención a la lengua y el paladar mediante limpiadores linguales o el propio cepillo.

- Cuidar nuestra alimentación y limitar los alimentos azucarados entre las comidas, así como restringir el consumo de carbohidratos, bebidas isotónicas azucaradas, bicarbonatadas, zumos envasados, etc.

- No fumar ni abusar de bebidas alcohólicas.

- Visitar al dentista de forma periódica para realizar revisiones de mantenimiento y prevención.