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PSICOLOGÍA

Cuando una sonrisa engaña

El color del rostro o la postura corporal son indicadores más fiables de cómo se siente una persona respecto los gestos de la cara asociados a la alegría.

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Una mujer sonríe mientras posa.
Magdalena Smolnicka StockSnap

A Aleix Martínez no le convencía la teoría de que un cliente satisfecho es aquel que se marcha con una sonrisa en la boca. ¿Sonríen todas las personas felices? ¿Son infelices todas las personas que no levantan las comisuras de los labios? Así que el profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) decidió desarrollar un programa de algoritmos para comprobarlo.

Según los resultados presentados en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en Seattle, las sonrisas occidentales engañan a los actuales programas informáticos que intentan descifrar los síntomas. "No puedes detectar las emociones en los rostros faciales", sostiene el profesor Martínez. "Algunos afirman que pueden detectar si alguien es culpable de un delito o no, o si un estudiante está prestando atención en clase, o si un cliente está satisfecho después de una compra. Lo que nuestra investigación mostró es que esas afirmaciones son completamente falsas. No hay forma de que puedas determinar esas cosas. Y peor, puede ser peligroso", advierte el experto.

Es más, lo habitual es equivocarse o resultar engañado. "Todo el mundo hace diferentes expresiones faciales basadas en el contexto y los antecedentes culturales. Y es importante darse cuenta de que no todos los que sonríen son felices. No todos los que son felices sonríen. Incluso llegaría al extremo de decir que la mayoría de las personas que no sonríen no son necesariamente infelices. Y si estás feliz todo un día no sales a caminar por la calle con una sonrisa en tu rostro. Eres simplemente feliz", aclara Martínez.

¿Cómo leer las emociones?

En cambio, hay otros síntomas que pueden ayudar a leer los rostros. Por ejemplo, el color de la cara, la postura corporal y el contexto. "Cuando experimentas emoción, tu cerebro libera péptidos, principalmente hormonas, que cambian el flujo sanguíneo y la composición sanguínea, y debido a que la cara está inundada con estos péptidos, cambia de color", explica Martínez.

¿Conseguirán las máquinas descifrar las emociones humanas? Según el investigador, es posible aunque nunca con una precisión total. Además, siempre deberá tener en cuenta el contexto cultural y otros aspectos puramente humanos para evitar ser engañado por una sonrisa.