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FISIOTERAPIA

La información que reciben los pacientes, clave en su recuperación

“La mala información, sensibilizadora, o alarmista, hace que en el cerebro se instale en un estado de alerta y protección que es innecesario y que mortifica e invalida a los pacientes”.

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La información es poder, también para el paciente de fisioterapia. Es lo que afirma el doctor en Neurología Arturo Goicoechea, quien expone que el factor cultural de cómo los pacientes se ven a sí mismos como enfermos es determinante para aceptar tratamientos que pondrían solución a sus problemas, como el ejercicio físico.

El doctor Goicoechea destacó la importancia que tiene la información que los profesionales sanitarios aportan a los pacientes, porque ésta es la base que acaba generando que, en muchos casos, un organismo sin patologías se bloquee o no acepte un tratamiento ante una dolencia.

Hablemos del dolor de fisioterapia

El dolor en el cuerpo no debe entenderse como un síntoma, sino como una alarma que nuestro organismo genera ante lo que entiende como una amenaza. A veces ocurre que esa amenaza no es real, porque no existe lesión ninguna, pero la información que los pacientes reciben de los profesionales sanitarios acaba bloqueando su capacidad de respuesta y aceptación de tratamientos que conllevan ejercicio terapéutico. Se trata de un error evaluativo del cerebro, en relación al estado de salud corporal.

En el Congreso Internacional de Fisioterapia de Canarias,  "la información que le transmitimos los profesionales a los pacientes, en muchos casos es su única patología. La mala información, sensibilizadora, o alarmista, hace que en el cerebro se instale en un estado de alerta y protección que es innecesario y que mortifica e invalida a los pacientes”, destaca.

Goicoechea aplaudió en el congreso que el colectivo de fisioterapeutas esté liderando en sector sanitario este enfoque en relación al dolor, en explicar que el dolor no debe entenderse como un síntoma, sino como una alarma que nuestro organismo genera, en ocasiones por no disponer de la información adecuada.

El dolor es la expresión de un estado de valoración del organismo: cuando sentimos dolor es porque ese organismo a través del cerebro, de la red neuronal, está en un estado de alerta y protección”.

Ante ello, lo que debe hacer el profesional es buscar el origen y, si éste proviene de una lesión, “lo que hay que hacer es colaborar con el cuerpo en la reorganización del mismo, en la sanación del tejido”. Sin embargo, “si el organismo está evaluando amenazas cuando realmente no la hay, la solución no es tratar el dolor, sino modificar ese error de valoración de la amenaza, y eso se haría a través de la educación a la población, a cada paciente”.

Neurología y ejercicio físico

El neurólogo puso el ejemplo “cultural” de mucha gente que, aludiendo al dolor que padece en la columna vertebral, ni acepta ni soporta hacer el ejercicio que se les prescribe. “Le generamos a un paciente la idea de que tiene una columna vertebral vulnerable o degenerada, y que por eso le duele, cuando en realidad reside en un organismo más o menos sano, apto para la actividad y que además la necesita”.

Para él, es esencial que los médicos y fisioterapeutas sean capaces de entender, asumir y luchar contra la realida de que cuando un paciente interioriza la información de que su cuerpo es un organismo enfermo, “él mismo no va a aceptar que su cuerpo desarrolle cualquier ejercicio físico que se le prescriba para mejorar”.

 La clave, que “todo cuerpo debe y puede hacer ejercicio”, y que el dolor “no es un informador del estado del organismo, sino de cómo está evaluado o imaginado por el propio paciente”.