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Brócoli y verduras crucíferas: si no le haces caso a Harvard, házselo a tu madre

Una investigación concluye que un compuesto de las coles de Bruselas, el brócoli y otras verduras crucíferas favorece la expresión de uno de los genes supresores de tumores más potentes del cuerpo.

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Una investigación a cargo de expertos del Centro Médico Beth Israel Deaconess (EEUU) y la Universidad de Harvard (EEUU) concluye que un compuesto encontrado las verduras crucíferas favorece la expresión de uno de los genes supresores de tumores más potentes del cuerpo. Así pues, tu madre tenían razón: el brócoli, las coles de bruselas, la coliflor, el repollo o la col rizada,entre otras, son buenas.

El estudio asegura que el compuesto, llamado I3C, está involucrado en una compleja reacción química en cadena que libera al supresor tumoral, denominado PTEN, para cumplir su función. En particular, los investigadores demostraron que atacar un gen, conocido como WWP1, con el compuesto que se encuentra en las verduras crucíferas suprimió el crecimiento tumoral en pruebas realizadas en un modelo animal como consecuencia de restaurar la actividad del gen PTEN a niveles normales.

"El estudio es realmente emocionante. Seamos honestos, he sido cuestionado ampliamente por la conexión entre el brócoli y otras verduras crucíferas con una capacidad antitumoral. Pero por un segundo olvida lo que piensas acerca de la ciencia, el hecho de que hallemos algo que tu madre diría que es bueno para ti, es atractivo”, bromea Victor J. Aresty, profesior de medicina de Harvard.

El trabajo, publicado en la revista Science, abre la puerta al desarrollo de medicamentos contra el cáncer basados en la supresión del WWP1 y la liberación del PTEN para que cumpla su funcion antitumoral. La investigación también puede proporcionar una manera de ayudar a las personas que sufren de una deficiencia genética del PTEN, que además de hacerlas propensas a desarrollar cáncer, también causa defectos de desarrollo que pueden provocar discapacidad intelectual o enfermedad psiquiátrica.

En busca de la dosis adecuada

No obstante, a pesar de los resultados de la investigación, que no deja de ser un prometedor punto de partida, los investigadores también alertan de que las dosis efectivas en los ratones de laboratorio sería el equivalente en humanos a comer más de dos kilos de brócoli al día. Desde un punto de vista práctico, el enfoque más probable sería desarrollar suplemento, aunque se necesita trabajo adicional para investigar las dosis apropiadas y los efectos no deseados de los suplementos de I3C, dijo Pandolfi.

Otra alternativa nada descartable, aunque llevaría todavía algo de tiempo que cristalizara, sería desarrollar una molécula más estrechamente basada en la estructura de I3C cuya acción se dirigiera y concentrara en el gen WWP1.

No sabemos cuánto tiempo pueden tardar los científicos en dar con la solución final pero, mientras investigan, no es una mala idea incorporar a la dieta la amplia variedad de verduras crucíferas, como el brócoli o las coles de bruselas. La ciencia respalda su consumo. Pero sobre todo tu madre.