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El cáncer ya es la principal causa de muerte en los países ricos

Si bien la enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de mortalidad en todo el mundo, representa el 40% del total, el cáncer provoca el doble de muertes en países con altos ingresos.

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El cáncer ha superado a las enfermedades cardiovasculares como la principal causa de muerte en países desarrollados con altos ingresos y podría convertirse en la primera a nivel mundial en unos pocos décadas si las tendencias actuales persisten, según las conclusiones de una investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2019), que también ha sido publicada en The Lancet.

Si bien la enfermedad cardiovascular sigue siendo, por ahora, la principal causa de mortalidad en todo el mundo, representa el 40% del total, no sucede lo propio en países de altos ingresos, donde el cáncer provoca el doble de muertes, confirmándose así una nueva transición epidemiológica global entre diferentes tipos de enfermedades crónicas.

"Nuestro estudio indica que el cáncer es la segunda causa más común de muertes a nivel mundial, representando el 26% de todas las muertes. Pero, a medida que las tasas de enfermedades cardiovasculares continúan bajando, el cáncer podría convertirse en la principal causa de muerte en todo el mundo en unas pocos décadas ", explica Gilles Dagenais, profesor de la Universidad de Laval en Canadá.

Asistencia sanitaria: la clave

En 2017 se produjeron aproximadamente 55 millones de muertes en todo el mundo de las que unos 17.7 millones se debieron a enfermedades cardiovasculares como insuficiencia cardíaca, angina, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Los investigadores también conluyen que alrededor del 70% de todos los casos se deben a riesgos modificables como presión arterial alta, colesterol alto, dieta, tabaquismo y otros factores relacionados con el estilo de vida. Y es ahí donde radica la clave de la tendencia.

En países con altos ingresos hay un mejor y mayor acceso a los tratamientos para reducir el colesterol o la hipertensión y mejores políticas sanitarias y preventivas, lo que a la postre incide directamente en el número de fallecimientos. Sin embargo, los países con menos ingresos están lastrados por una menor calidad de la asistencia sanitaria que complica el tratamiento de determinadas patologías, en este caso, las cardiovasculares.