White Claw es una lata de cerveza de 33 cl, tiene 100 calorías y 2 gramos de carbohidratos. En comparación con una cerveza tradicional, que tiene 142 calorías y 11 gramos de carbohidratos, la nueva versión es más saludable.

El contenido alcohólico es muy parecido, cierto, pero es mucho menor que incluso las bebidas y los cócteles ya preparados. Pero el éxito es otro: no da resaca, bebas lo que bebas. Y en un momento en que dejar de beber alcohol es una tendencia entre los jóvenes, parece ser una buena idea.

Este lanzamiento se ha viralizado, tiene memes, ha sido protagonista de festivales de música, y aunque de momento se centra en el mercado estadounidense, seguro que la opción dentro de poco está por todo el mundo, sobre todo ahora que se buscan nuevos sabores y formatos para consumir de manera rápida en cualquier lugar (algo impensable, por ejemplo, está pasando con el vino, que se vende en lata a un ritmo sorprendente, según Nielsen, 81 millones de dólares al año de volumen de negocio).

Y es que en España, donde se consume cerveza como si fuera agua en muchos momentos, podría ser uno de los mercados donde triunfe. Mismo sabor, aparentemente, sin resaca, el deseo de cualquiera que haya pasado un día bebiendo agua tras una fiesta.

El mercado global, además, muestra una tendencia por el consumo de cerveza en todas sus variables. Cervezas veganas, cervezas de autor como Ferrán Adriá, cervezas para deportistas…