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Infecciones en los pies: cómo prevenir la acción de hongos, bacterias y virus

Los pies son una de las partes más vulnerables de nuestro cuerpo por lo que conviene tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar diversos problemas de salud asociados al verano.

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El verano es sinónimo de descanso y disfrute. Y también de actividades lúdicas muy relacionadas con el agua, ya sea en piscinas o en playas, que pueden tener consecuencias para la salud. El contacto directo con la arena, duchas, vestuarios, el calzado, la humedad y las altas temperaturas pueden acarrear diversos problemas como la verruga plantar o el pie de atleta, entre otros, provocados por la acción de hongos, bacterias y virus.

“Como se pasa más tiempo en piscina y lugares en los que se puede encontrar agua estancada, somos más propensos a coger bacterias, hongos y virus en los pies que son las patologías más comunes. Las altas temperaturas y la humedad son el caldo de cultivo perfecto para que se mantengan los microorganismos por mucho tiempo”, explica Noelia Chaqués, podóloga en el Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo, que enumera alguno de las afecciones más recurrentes.

“La verruga plantar, también denominado papiloma, es uno de los problemas más habituales, que se produce por el papilomavirus, un virus fácil de adquirir en zonas húmedas. Por su parte, el pie de atleta es una infección por hongos que se puede adquirir en piscinas, playas, duchas y baños públicos, habitaciones de hotel o al compartir toalla o calzado con una persona infectada. Produce dolor, picor y olor, e incluso agrietamiento en la piel, sobre todo en los espacios interdigitales y en el pliegue de la unión de los dedos a la planta del pie. Una afección que además se puede extender a las uñas y causar una onicomicosis”, indica.

Cómo evitar problemas

  • No caminar descalzo por zonas húmedas comunitarias como piscinas ni por el suelo mojado.
  • Es imprescindible la utilización de chanclas porque actúan como barrera ante los contagios.
  • Su uso debe limitarse a la playa, piscinas y duchas públicas, para evitar afecciones dérmicas, pero no debe utilizarse como calzado habitual, ya que puede acarrear otros problemas pues el pie no tiene protección.
  • No compartir zapatos, calcetines ni toallas es fundamental.
  • Mantener una buena higiene de las chanclas, toallas... y lavar todo siempre después de su uso en piscinas, ya que es muy importante para evitar que los microorganismos se mantengan.
  • La higiene de nuestros pies también es básica para eliminar los posibles microorganismos que nos producen dichas infecciones antes de que germinen en piel y uñas.
  • Se deben secar en profundidad los pies después de mojarlos, insistiendo entre los dedos pues la humedad facilita la aparición de los hongos ya que estos microorganismos proliferan de mejor manera en ambientes húmedos, con calor y donde no les dé mucho el sol, como pueden ser los espacios interdigitales.
  • Para los deportistas es recomendable el uso de calcetines de algodón porque ayuda a absorber el sudor.
  • También es apropiada la utilización de talcos de secado para evitar la transpiración y mantener los pies secos. O cremas antimicóticas para mantener los pies frescos y evitar el pie de atleta.
  • La hidratación de la piel de los pies es otro aspecto a tener en cuenta, aunque debe ser preferiblemente de noche para evitar aumentar la sudoración durante el día.