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Por qué la gota aumenta hasta un 40 por ciento el riesgo de muerte

En España se estima que cerca de un millón de personas sufre esta patología, quienes quizá desconocen el peligro que corre su salud como consecuencia de la denominada ‘enfermedad de reyes’.

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Según el Estudio de prevalencia de las enfermedades reumáticas en población adulta en España (EPISER 2016), elaborado por la Sociedad Española de Reumatología, un 2,4% de la población mayor de 18 años padece esta enfermedad, lo que supone cerca de 880.000 afectados, que quizá desconocen el peligro que corre su salud como consecuencia de la denominada ‘enfermedad de reyes’.

“De hecho, por padecer gota, se ha estimado que se incrementa un 30% el riesgo de mortalidad de cualquier causa, y un 40% el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, por lo cual el impacto de este riesgo es enorme”, explica el doctor Mariano Andrés, reumatólogo del Hospital General Universitario de Alicante.

Y es que, “los pacientes con gota tienen un elevado riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio o ictus, siendo equiparable al de los pacientes con diabetes, por la asociación a factores clásicos como la hipertensión, dislipemia u obesidad”.

Pero no solo ahí radica el problema ya que la propia enfermedad es en sí misma un riesgo. La gota se produce por el depósito de cristales de ácido úrico, que inducen inflamación. Desde hace más de una década se conoce el papel de la inflamación en el desarrollo de arteriosclerosis y en la aparición de enfermedades cardiovasculares”, apostilla el doctor Mariano Andrés.

“Aunque los datos todavía no son sólidos, es muy probable que la disolución de los cristales, al normalizar los niveles de ácido úrico en sangre, repercuta en una reducción del riesgo cardiovascular de las personas con gota. Junto a esto, es necesario controlar de forma exquisita los factores de riesgo antes mencionados”, añade.

Alimentos y bebidas

Por ello, es importante cuidar muy especialmente la alimentación y es conveniente saber qué alimentos, en grandes cantidades, pueden provocar la aparición de esta enfermedad para no abusar de su consumo. No significa que deban ser desterrados completamente de la dieta, pero sí es necesario tener cuidado si uno no quiere llevarse una dolorosa sorpresa que requiera de tratamiento médico e incremente el riesgo de mortalidad. Estos son algunos de los alimentos y bebidas relacionados con la enfermedad:

· Tomate.

· Pescado azul.

· Sal.

· Carne roja.

· Embutidos.

· Vísceras.

· Marisco.

· Queso curado.

· Espárragos.

· Espinacas.

· Pimiento.

· Bebidas azucaradas.

· Alcohol.