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RÉCORD

5 claves para sobrevivir al vuelo más largo de la historia

El vuelo entre Singapur y Nueva York se ha convertido en el de mayor duración de todos los tiempos, un verdadero reto para la paciencia de los pasajeros y, sobre todo, para su salud.

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Singapore Airlines

Como si de una competición se tratara, las compañías aéreas, como parte de su estrategia para capitalizar los diferentes nichos de mercado, luchan por programar el vuelo intercontinental más largo. Y con el vuelo SQ22 entre Singapur y Nueva York, de 19 horas de duración, Singapore Airlines recupera el primer lugar en la clasificación de las compañías que realizan los trayectos más largos, que ostentaba hasta la fecha el vuelo 921 de Qatar Airways entre Auckland y Doha, de aproximadamente 18 horas. Un verdadero desafío a todos los niveles. También para la salud.

Dos pilotos y dos copilotos son necesarios para ponerse a los mandos del Airbus A350-900 ULR (ultra largo alcance), que recorre 16.700 kilómetros entre la ciudad Estado del sudeste asiático y Nueva York. La tripulación la completan 13 auxiliares de cabina que dan servicio a 161 pasajeros, de los cuales 67 viajan en clase 'business' y 94 en 'premium economy'. El precio oscila entre los 1.200 euros del billete más barato de ida y vuelta y los 5.000 euros del billete más caro. Este hito es posible gracias a que el buque insignia de Airbus es capaz de recorrer unos 18.000 km de manera ininterrumpida, hasta 20 horas de vuelo, gracias a una optimización de su sistema de combustible que le permite gastar un 25% menos.

Pero más allá de datos grandilocuentes y rimbombantes sobre aeronáutica, que no dejan de ser curiosos, subyace otro aspecto no menos importante: ¿cómo es posible para el pasaje y su salud afrontar un vuelo de semejantes proporciones?

1.Combatir el estrés y el jetlag

Para mejorar la experiencia de vuelo y reducir el estrés propio de pasar cerca de un día entero en el cielo, este avión tiene un techo de la cabina más elevado que los demás, ventanillas más amplias y una iluminación LED especial que juega con los colores para reducir el "jetlag" y los efectos del cambio horario que implica un viaje intercontinental.

2. Luchar contra el aburrimiento

Uno de los principales desafíos a los que se enfrentan los pasajeros es ni más ni menos que matar el tiempo allá arriba. Aquellos que no se decidan por un buen par de libros para leer pueden recurrir a una selección de películas y programas de televisión con una duración acumulada de 1.200 horas, el equivalente a siete semanas. Se trata de luchar contra esa sensación de monotonía que puede causar irritabilidad o ansiedad.

Los pasajeros puede disfrutar de horas de entretenimiento.

3. Alimentación e hidratación

La alimentación e hidratación es tan importante como armarse de paciencia. Para ello, es preciso evitar los alimentos que causan gases y hacen sentir hinchazón así como el consumo excesivo de alcohol. Por ello, el menú gastronómico seleccionado responde a estos criterios y la variedad de opciones y posibilidades es notable ya que hay previstas comidas para bebés y niños, comidas dietéticas, para vegetarianos, sin gluten o para satisfacer peticiones de carácter religioso.

Es importante ingerir alimentos que no produzcan malestar.

4. Enfermedades

En primer lugar es vital saber hasta qué punto es aconsejable viajar según nuestro estado de salud. Si padecemos asma u otros problemas respiratorios, afecciones cardíacas, diabetes, trombosis venosa profunda (TVP), hemos sufrido algún accidente cerebrovascular o ataque de epilepsia o tenemos anemia, es importante tanto notificarlo como llevar con nosotros las pertinentes autorizaciones médicas y fármacos necesarios para tenerlo todo bajo control.

5. Vestimenta y ejercicios

Para minimizar los efectos negativos de la falta de espacio y movimiento, es preciso equiparse con ropa poco ajustada y preferiblemente de fibra natural con el fin de favorecer una menor presión sobre la piel y su mejor ventilación. Mover los miembros inferiores en el mismo lugar donde estés sentado (mueve los dedos de los pies, los tobillos, flexiona y extiende las piernas) o ponerse de pie, contraer los brazos y piernas, e incluso ocasionalmente dar un pequeño paseo por la cabina, son algunas medidas que se deben adoptar para evitar males mayores, principalmente la trombosis venosa profunda (TVP).