El domingo 4 de noviembre es una fecha marcada en el calendario por muchos. Tiene lugar la maratón de Nueva York, y cuando quedan menos de cuatro semanas de entrenamiento te contamos cómo debes afrontar esta recta final y lo que no debes hacer.

Preguntamos a Alfredo García, entrenador del gimnasio Reebok Sports Club Madrid, especialista en running con experiencia en la maratón de NYC, y asesor de Healthing.

¿Cómo debemos entrenar a un mes vista?

Tenemos que dejar claro que, si a falta de un mes, el deportista no ha empezado a preparar la maratón previamente, no debería correrla. Cualquier maratón debe prepararse con 3 - 4 meses de antelación, y más aún la de Nueva York, ya que es una maratón muy bonita y deseada por la mayoría de corredores, pero es una carrera dura por su perfil, con sus constantes subidas y bajadas; los famosos “rompepiernas”.

Si llevas preparando la maratón el tiempo indicado, lo ideal este mes es continuar con la planificación. Teniendo en cuenta el periodo conocido como “tapering”, que consiste en reducir sobre todo el volumen (número de Kms semanales) del entrenamiento, en las dos semanas previas a la carrera.

¿Debemos cuidar más el descanso, la alimentación o el ejercicio?

En la última parte del entrenamiento, es fundamental centrarnos en el descanso y la alimentación. “el atracón de última hora” es totalmente contraproducente. El trabajo ya casi está hecho, y debemos darle tiempo al organismo a que asimile todo el entrenamiento realizado en los meses previos, y la mejor forma es descansando y alimentándonos correctamente.

¿Qué es lo que ya no debemos hacer ni locos?

Lo que no debemos hacer es no descansar y no bajar el volumen. El objetivo es llegar a la maratón con ganas de correrla.

Una maratón no es una carrera cualquiera, ¿en qué debemos fijarnos si es la primera?

Lo primero y casi obligatorio sería hacerse una prueba de esfuerzo, que nos confirme que podemos realizar un maratón y toda su preparación sin riesgo alguno. Hoy en día está de moda el correr, y eso es fantástico, pero siempre con cabeza, y si es posible, asesorados por profesionales que nos ayuden a lograr de la mejor manera posible nuestro objetivo. Siempre debemos de ponernos en la línea de salida con las mayores garantías posibles, pues aun así, un maratón es una incógnita, ya que son muchos kilómetros. Debemos haber realizado el volumen suficiente para llegar a la prueba en la mejor forma física posible,

Y si somos veteranos, ¿la confianza es nuestro peor enemigo?

Debería ser al contrario; deberíamos aprovechar la experiencia de maratones anteriores, para saber y conocer nuestros puntos débiles, y así poder programar mejor nuestro entrenamiento y obtener el mejor resultado posible.