Deporte y Vida

ADICCIONES

Más de un 20% de jóvenes entre 12 y 24 años consultan webs altamente peligrosas

Así se desprende del estudio ‘Jóvenes en el mundo virtual. Usos, prácticas y riesgos’, a cargo del Centro Reina Sofía y la Fundación Mapfre en el que han participado 1.400 jóvenes.

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Otra investigación que pone en relieve el impacto de las nuevas tecnologías y el uso que de internet y las redes sociales hacen los jóvenes hoy en día. Y a tenor de los resultados que se desprenden del mismo hay motivos para la preocupación. Y es que los jóvenes de 14 a 24 años consideran es ese entorno tecnológico el lugar “donde hay que estar y desde el que hay que relacionarse”. De hecho, consideran “raros” a los pocos que rechazan el uso de las tecnologías de la información, aunque también a aquellos que las emplean de manera excesiva sacrificando parte de su vida offline por una sobreexposición online.

‘Jóvenes en el mundo virtual. Usos, prácticas y riesgos’, así se llama el trabajo de investigación llevado a cabo por el Centro Reina Sofía y la Fundación Mapfre recoge los principales hábitos y conductas de unos 1.400 jóvenes, que mayoritariamente mantienen un discurso que resalta las ventajas de su actividad virtual entre las que destacan hacer nuevos amigos/as (50,7%); relacionarse más con personas que están lejos (65,4%) o con sus amigos de siempre (47%); ser más eficiente o competente (41%); o simplemente divertirse (31,8%).

Sin embargo, esta visión positiva de las redes sociales e internet no impide que perciban riesgos claros. De hecho el 70% de los y las jóvenes cree que los riesgos de acoso en internet y redes sociales son “bastante o muy frecuentes” o que sean víctima de situaciones graves como el maltrato –amenazas, insultos, bromas pesadas, etc.- que afirma haber sufrido el 34%.

De igual forma la cantidad de tiempo invertido en redes sociales, en la gestión de su yo online, provoca que dejen de lado otras actividades como estudiar (49,9%), leer (49%) o practicar deporte (31,4%). Especialmente preocupante resulta el aumento en los últimos tres años de los jóvenes que reconocen que pierden horas de sueño por estar en redes: 31,3% en 2015 y 43,2% en 2018. También un 49% asegura haberse sentido con alguna o mucha frecuencia “dependiente”. Esto supone un crecimiento de tres puntos con respecto a 2015.

Muy significativo de este cierto nivel de dependencia percibido es que el 50% de los jóvenes reconozcan sentir con mucha frecuencia “un fuerte impulso de comprobar mi teléfono para ver si había pasado algo nuevo”, un cierto FOMO (Fear of missing Out) o ansiedad por no enterarse y quedar excluidos de algo que ocurra en redes.

Acceso a webs con contenidos de alto riesgo

Pero sin lugar a dudas, uno de los aspectos más relevantes dentro la investigación llevada a cabo por Centro Reina Sofía y la Fundación Mapfre es que que hace referencia estrictamente al contenido de alguna de sus consultas, catalogados como duros y potencialmente peligrosos que suponen un alto riesgo:

- El 38,1% reconoce consultar “páginas donde la gente publica mensajes que atacan a ciertos individuos o colectivos”.

- El 33% visita “páginas donde la gente habla o comparte experiencias sobre el consumo de drogas”.

- El 28,6% accede a “webs donde la gente habla sobre cómo estar extremadamente delgado/a”.

- El 23,2% consulta “páginas donde la gente habla sobre maneras de hacer daño a otras personas”.

- El 21,1% visita “páginas donde la gente habla sobre maneras de autolesionarse”.

- El 24% accede a “Imágenes o contenidos explícitamente violentos o sexuales que me hicieron sentir mal”.

Para Eulalia Alemany, directora técnica del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad: “Es fundamental entender que ni padres ni profesores están legitimados ante los jóvenes como referentes en internet o redes sociales. Por eso es prioritario que las estrategias de prevención de los riesgos del mundo online se dirijan a los jóvenes directamente. Necesitamos y debemos hablar con ellos sin intermediarios”, asegura.

Recomendaciones

No obstante, la figura de educadores y padres también es fundamental para hacerles llegar los conocimientos y las herramientas apropiadas y que sean conscientes de que hay que utilizar las nuevas tecnologías de forma responsable, controlada y segura por lo que es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones:

1. Limitar el tiempo que los menores dedican a las nuevas tecnologías, estableciendo lugares abiertos y comunes y tiempos limitados (no superiores a las dos horas al día) para utilizarlos.

2. Supervisar el uso, especialmente hasta que los menores tengan 12 años.

3. Evitar que utilicen el ordenador y el móvil para rellenar tiempos muertos y antes de cumplir con sus responsabilidades.

4. Se debe educar en las nuevas formas de comunicación, sobre todo fomentando competencias clave como el pensamiento crítico, basado en enseñarles a diferenciar la información veraz de los bulos.

5. Es aconsejable enseñarles a que no confíen en cualquiera, a que cuestionen las motivaciones de quien encuentran en la red, y a que sean cautelosos con la información personal que comparten.

6. Es importante que entiendan el valor de la intimidad y la privacidad, ayudándoles a que se cuestionen su sobrexposición y haciéndoles ver que lo que se sube a la red puede tener consecuencias a medio y a largo plazo.

7. Si el problema adquiere unas dimensiones considerables y afecta los hábitos del menor o su conducta es imprescindible buscar la ayuda de expertos que puedan guiarnos para tratar la adicción a las tecnplogías de la información y la comunicación.