La carrera de Jonathan Kimble Simmons, de 63 años, siempre estará marcada por el aluvión de premios que consiguió en 2015 gracias a su interpretación de Terence Fletcher en la cinta Whiplash, ganadora de 3 Oscars de la Academia de Hollywood, entre los que se encuentra el logrado por el actor de Detroit.

J.K. Simmons, que también se alzó con el Globo de Oro, el BAFTA o el Premio del Sindicato de Actores, entre otros, siempre ha sido considerado un secundario de lujo por la industria del cine a la que dejó boquiabierta, como al resto del mundo, por su increíble trasformación física a una edad en la que pocos, muy pocos, pueden presumir de semejante musculatura.

Entrenador de grandes estrellas

Para lograrlo, se puso en las expertas manos de Aaron Williamson, ex marine reconvertido a entrenador personal, por cuyas manos han pasado Dwayne ‘The Rock’ Johnson, Zac Efron, Josh Brolin, Jamie Foxx, Hayden Christensen, Adrien Brody, Emilia Clark, Nathan Fillion o el mismísimo Sylvester Stallone. Un currículum que hacía presagiar el éxito de la rutina de entrenamiento estipulada para KJ Simmons.

“Dedicación y consistencia. Es alguien muy trabajador. Fue protagonista de una gran transformación a los 61 que sorprendió a todo el mundo. Ahora tiene 63 años y sigue mejorando. Tengo un profundo respeto por él”, asegura Williamson, que sigue supervisando el entrenamiento del actor.

Rutina de entrenamiento

“Uno de sus mayores desafíos ha sido afrontar los dolores que tiene propios de su edad. A medida que envejeces, los niveles de testosterona y hormonas de crecimiento disminuyen de forma natural. La rutina de entrenamiento que diseñé para él es ideal para personas que han tenido lesiones anteriores o que no pueden manejar mucho peso debido a problemas en las articulaciones”, explicaba Williamson en una entrevista concedida a ‘Askmen’ en la que compartía la rutina de entrenamiento del actor de dos meses, completada con una dieta adecuada y ejercicios de cardio. “Los resultados llegan más rápido como podéis ver", añadía no sin cierta satisfacción.

Así pues, tengas la edad que tengas, no tienes escusa salvo que tengas algún tipo de limitación que te impida enfrentarte a una rutina de entrenamiento como la de J.K. Simmons. Aunque, para ser sinceros, no hace falta llegar al extremo del actor y basta con que seamos capaces de incluir entre nuestros hábitos aquel o aquellos ejercicios con los que nos sintamos cómodos y nos ayuden a mantenernos en un buen estado de forma.