Ha pasado el invierno, la primavera, y el verano está aquí. Y tú has seguido retrasando la operación bikini hasta el límite. Harto de ver cómo tu cuerpo cambia a peor y te duele todo has decidido hacer ejercicio, ¡por fin! Has empezado por uno sencillo, fácil y que cuesta dinero. El running. 

Como todo, tiene sus ritmos, y tu cuerpo y tú parecéis ir por caminos diferentes. Lo mejor de haber empezado a hacer ejercicio es ese primer paso. Lo peor, todo lo que le está pasando a tu cuerpo estos días.

Dolores

Te duelen partes de tu cuerpo que desconocías. Viejas lesiones que pensabas curadas, músculos que antes no te dolían e incluso los gemelos de repente toman un cariz diferente. Paciencia, calma, buen ritmo y constancia.

Tu ritmo

Tu mente se visualiza corriendo durante horas a un ritmo alto, sudando pero avanzando. Pero la realidad es que el primer minuto lo haces de fábula pero según pasan los segundos no puedes con tu alma… No hay prisa, no necesitas demostrar nada a nadie, sólo empezar y no parar. ¿Que tu ritmo es lento? Perfecto. Ya irá subiendo. ¿Qué te cansas mucho? Hombre, no esperarías que después de años sin hacer deporte tu cuerpo de repente estuviera en forma.

Respecto a tu mente, no te vas a convertir en ultra maratoniano la primera semana, pero que el gusanillo de estar más sano, más saludable, perder algo de peso, y sentir mejor cuando subas al menos una escalera, ya es un gran paso.

Las zapatillas

Tú te acordabas que en el instituto corrías mucho, jugabas al baloncesto y no eras malo, y hasta formabas parte del equipo de la universidad. Bien, todo eso es el pasado. Está ahí, y es un recuerdo bonito. Pero la realidad es que recurrir a las viejas zapatillas que no tirabas por si algún día las volvías a usar… Está bien ese optimismo, seguramente te las habrás puesto y no habrás dado ni 100 pasos y se han desintegrado.

Es lo mejor que te podía pasar. Esas viejas zapatillas, por no usarlas, han muerto. Fueron buenas, sí, ahora tíralas, recoge los restos, los trozos de suela que se han desintegrado, y ponte las últimas que te hayas comprado. Empieza por esto, y ya iremos viendo si cambias a unas mejores.

Prueba de esfuerzo

Es fundamental y lo primero que debes hacer antes de empezar a hacer ningún ejercicio, sobre todo si piensas en hacerlo en serio. Ya sea por salud, por perder peso, por ponerte en forma, los profesionales te ayudarán a saber de verdad como está tu cuerpo. Además, tal y como comenta la Directora Médica de Healthing, la doctora María Jesús Núñez Martí,“una prueba de esfuerzo al año sería obligatoria para todos los que practiquen deporte. Una manera de controlar nuestra forma física y salud a medida que vamos cumpliendo años”.

Las ventajas además de asistir a una prueba de esfuerzo con profesionales es que te asesorarán respecto a la pisada, la técnica de carrera, si debes mejorar fuerza a nivel superior o inferior, cómo es tu ritmo cardiaco… Incluso si necesitas plantillas para evitar lesiones o incluso molestias.

El calentamiento

Seguramente te canses en el calentamiento, pero como vas a llevar un ritmo tranquilo, lento, pesado… al menos estira. Que no se te olvide. Estira piernas, estira brazos, y prepárate. No te desanimes, por más lento que vayas estás avanzando.

¿Cómo empezar?

De manera lenta, pero segura. Si hace años que no practicas deporte, empieza a correr con una secuencia fácil y que seas capaz de hacer al menos 3 días en semana. ¿Puedes sacar 30 minutos 3 días a la semana? Empieza así:

-5 minutos andando

-2 corriendo

-repeticiones durante 30 minutos

-mantén este ritmo 2 semanas y ves incrementando

-4 minutos andando

-3 corriendo

-mantén el ritmo otras 3 semanas y ve incrementando