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La dieta FMD de 5 días que te promete vivir más tiempo

La dieta FMD propone un ayuno parcial de 5 días y promete retrasar el envejecimiento, mejorar nuestro sistema inmune o reducir el cáncer.

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La dieta FMD de 5 días que te promete vivir más tiempo

La dieta FMD (Fasting Mimicking Diet por sus siglas en inglés) es una alentadora forma de alimentación con gran respaldo científico. Restringe, durante cinco días al mes, las calorías a la mitad o a un tercio de lo normal. Fue desarrollada por investigadores de la Universidad del Sur de California, dirigidos por el profesor Valter Longo. La moda de esta nueva forma de comer es que estudios la han asociado a mayor longevidad o menores tasas de cáncer.

Sigue el mismo principio que el ayuno intermitente al privar temporalmente al cuerpo de alimentos para aprovechar algunos beneficios para la salud como el aumento de la quema de grasa y la reducción de la inflamación. Pese a parecerse al ayuno intermitente, durante los 5 días que dura esta dieta, nos permite comer una pequeña cantidad de alimento sin dejar de cosechar las recompensas del ayuno.

Cómo funciona

Cada ciclo de la dieta dura cinco días y puede repetirse varias veces al mes o cada dos meses para ayudar a promover la salud a largo plazo. La dieta depende de la restricción calórica severa para imitar los efectos del ayuno. Durante el primer día de la dieta, las calorías se limitan a 1.100 calorías. Luego, durante los días restantes, las calorías se reducen aún más, hasta unas 800 calorías por día.

Lo que comes en este protocolo es tan importante como la cantidad de calorías. Existen diferentes recomendaciones para la composición exacta de macronutrientes de la dieta, pero generalmente es alta en grasas y baja en proteínas.

La dieta tradicional de imitar el ayuno se compone de 34 por ciento de hidratos de carbono, 10 por ciento de proteínas y 56 por ciento de grasa para el primer día, seguido de 47 por ciento de carbohidratos, 9 por ciento de proteínas y 44 por ciento de grasa durante los últimos cuatro días. Otros recomiendan una ingesta de grasa aún más alta, similar a la dieta cetogénica, con alrededor del 80 por ciento de calorías procedentes de grasas y el 10 por ciento de carbohidratos y proteínas, respectivamente.

¿Qué dice la ciencia?

Promueve la pérdida de grasa. En teoría, tiene sentido que esta dieta estimule la pérdida de peso, ya que es baja en calorías y fomenta el consumo de alimentos con una gran cantidad de nutrientes. La investigación a la que hemos podido acceder también ha confirmado que esta dieta podría ayudar a disminuir el peso corporal y la grasa corporal.

Baja los niveles de colesterol. Esta dieta es rica en grasas e incluye muchas nueces y aceitunas. Estos alimentos contienen grasas saludables para el corazón que pueden mantener los niveles de colesterol bajo control y ayudar a prevenir la enfermedad coronaria.

Alivia la inflamación. La inflamación crónica puede contribuir al desarrollo de varias enfermedades crónicas, que incluyen enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer y esclerosis múltiple. En un estudio con animales de 2016, los investigadores demostraron que una dieta que imita el ayuno podría prevenir eficazmente el daño a la vaina de mielina, que proporciona protección a las fibras nerviosas en la médula espinal y el cerebro. También redujo la severidad de los síntomas en un 20 por ciento, disminuyó varios marcadores inflamatorios y promovió la regeneración de la vaina de mielina.

Eficaz para la diabetes. Un reciente estudio en animales en Cell mostró que la dieta ayudó a mantener los niveles normales de azúcar en sangre en ratones. Además, los diabéticos musulmanes suelen mejorar durante Ramadán, un periodo muy similar al del ayuno intermitente.

Disminuye la presión arterial. Además de reducir el colesterol en la sangre, seguir una dieta imitadora del ayuno también puede ayudar a preservar la salud al mantener la presión arterial bajo control. La presión arterial alta ejerce presión sobre el corazón y lo obliga a trabajar más duro, lo que debilita el músculo cardíaco y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca. Estudios demuestran que el ayuno intermitente beneficia los niveles de presión arterial junto con muchos otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca.