En busca de maneras de contener la crisis de opiáceos fuera de control que hay en Estados Unidos (y que afecta, en mayor o menor medida, a muchos otros países del mundo en otro tipo de drogas), algunos expertos en el tema están convencidos de que un buen consejo es "simplemente decir no". La adicción, dicen, no es una cuestión de libre albedrío o un defecto de carácter corregible, como a mucha gente le gustaría creer. Más bien, es un problema del cerebro que necesita ser tratado como se haría con cualquier enfermedad crónica, como ya hemos manifestado en Deporte y Vida.

Una vacuna experimental, como hemos podido leer en el New York Times, estaría dirigida principalmente a hombres y mujeres que ya están enganchados a la heroína u otros opiáceos relacionados, como la oxicodona y el fentanilo, personas que estarían en riesgo de muerte si se desintoxicaran y luego recaen, como muchos hacen. Si funciona, la vacuna detendría los opiáceos al bloquearlos eficazmente para que no lleguen al cerebro a través del sistema circulatorio. Al mismo tiempo, no interferiría con otros tratamientos para adictos, como la metadona, o con un compuesto como la naloxona que revierte las sobredosis.

La vacuna está diseñada para crear altos niveles de anticuerpos, según el Dr. Gary Matyas, un inmunólogo que la ha estado desarrollando en el Instituto de Investigación Walter Reed Army, en Silver Springs, Maryland. "Funciona de manera que cuando te inyectas heroína, los anticuerpos básicamente agarran toda la droga, y ésta no puede cruzar la barrera hematoencefálica". Presumiblemente, con el tiempo, la heroína sería expulsada del cuerpo como cualquier producto de desecho. "Sería parte de su terapia para la recuperación", dijo el experto.

Sin embargo, ¿funcionará la vacuna en sí? Todavía debe ser probado en humanos, y ese no es un proceso rápido; podría llevar una década o más, dijo el Dr. Matyas, para que haya "un producto con licencia". Entre las preguntas están cómo de grandes deberían ser las dosificaciones y con qué frecuencia necesitarían ser administradas. No obstante, se siente alentado por el éxito que ha tenido con ratones de laboratorio.

La realidad es que si tiene éxito, sería un gran avance para la ciencia. Además, las personas con problemas por consumo de sustancias suelen tener asociados frecuentemente otros trastornos psicológicos que empeoran la situación de abuso y dificultan la posibilidad de salir de la adicción. Se trata de trastornos como la ansiedad y la depresión, principalmente, que pueden actuar como factores precipitantes y de mantenimiento en el abuso o dependencia del alcohol, indica Augusto Zafra, director de IVANE, clínica de desintoxicación situada en el Hospital Vithas Nisa Aguas Vivas.