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Cuanto más rápido corres, más aprendes (según la ciencia)

Así lo confirma un estudio publicado en Nature Neuroscience donde se reconoce que es en el cerebelo donde se produce el aprendizaje, y está relacionado con la actividad, cuanto más rápido más se aprende.

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Cuanto más rápido corres, más aprendes (según la ciencia)
CJ GUNTHER EFE

El estudio acaba de ser publicado en Nature Neuroscience por un equipo del Centro Champalimaud para lo Desconocido, en Lisboa, Portugal, y ha demostrado que cuanto más rápidos son los ratones, más rápidos y mejores son para aprender.

El hallazgo, como casi todos,fue fortuito: los neurocientíficos estaban estudiando algo completamente distinto. "Nuestro objetivo inicial era relacionar la plasticidad celular en el cerebro con el aprendizaje", cuenta Catarina Albergaria, principal autora del estudio. En última instancia, trataron de comprender cómo los circuitos neuronales en una parte del cerebro llamada cerebelo se modifican mediante el aprendizaje de una tarea motora.

"El cerebelo es importante para aprender movimientos hábiles", dice Megan Carey, quien dirigió el estudio. "Calibra los movimientos frente a un entorno cambiante para coordinarlos de una manera muy precisa".

En estos experimentos, mientras corrían en una cinta circular, los ratones tuvieron que aprender a cerrar los párpados en respuesta a una luz que brilló justo antes de que recibieran una nube de aire en el ojo (lo que normalmente evoca un parpadeo reflexivo). Esta es una forma de aprendizaje que tiene lugar en el cerebelo.

Correr más rápido mejora la capacidad de aprendizaje

"Nuestro principal descubrimiento fue que podíamos hacer que los ratones aprendan mejor haciéndoles correr más rápido", resume Catarina Albergaria.

Los datos del estudio fueron confirmando que existía un vínculo causal entre la velocidad de carrera y el aprendizaje mejorado, y no solo una correlación. "El hallazgo de que los cambios impuestos externamente en la velocidad de carrera son suficientes para modular el aprendizaje (...) proporcionan [s] evidencia causal de que el aumento de la actividad locomotora mejora el aprendizaje", escriben los autores.

"Los ratones funcionaron peor cuando ralentizamos la cinta rodante, y esto sucedió a escalas de tiempo de algunos segundos", dice Albergaria.

El proceso neuronal que impulsa la mejora del aprendizaje era independiente del sistema sensorial involucrado, lo que sugiere que podría tener lugar después de que las señales sensoriales hayan sido procesadas por áreas visuales, auditivas o táctiles en la corteza cerebral. Así que recurrieron al cerebelo.

"El cerebelo es una estructura bien conservada en todas las especies y existen circuitos que son comunes a todas ellas, por lo que podría aplicarse a otras formas de aprendizaje del cerebelo en humanos".