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El Kaatsu, un método de entrenamiento muy efectivo

El Kaatsu es nativo de Japón, y nació concretamente en 1966 gracias a Yoshiaki Sato. Al parecer, podría ser un método de entrenamiento muy efectivo.

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El Kaatsu, un método de entrenamiento que podría ser muy efectivo
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Definitivamente, el Kaatsu podría estar revolucionando el mundo del fitness. Su inventor fue Yoshiaki Sato, y la disciplina nació en 1973 en Japón. Sato asistía a una ceremonia budista en 1966, pero sus piernas se entumecieron mientras estaba sentado en la postura japonesa tradicional en el suelo.

Orígenes

Por desesperación, comenzó a masajear sus pantorrillas en un intento de aliviar la incomodidad durante la larga ceremonia. Se dio cuenta de que su circulación sanguínea estaba bloqueada en las pantorrillas ya que estaba sentado directamente sobre sus pies. Así fue cuando concibió la idea original del entrenamiento de moderación del flujo sanguíneo.

En 1973, a la edad de 25 años, Sato desarrolló los detalles de Kaatsu tal como se practica actualmente. En ese momento, en un viaje de esquí, se fracturó el tobillo y se dañó los ligamentos alrededor de la rodilla. Las lesiones fueron diagnosticadas y los médicos le dijeron a Sato que tomaría 6 meses para recuperarse por completo.

Con yeso fundido, Sato se rehabilitó con las bandas de Kaatsu aplicadas en la parte superior de su pierna. Aplicó repetidamente la presión de Kaatsu mientras hacía ejercicios isométricos durante 30 segundos y unos segundos tres veces al día. Los resultados de su régimen conmocionaron a su médico cuando sus músculos no se atrofiaron y se recuperó por completo en 6 semanas. Según este estudio, el Kaatsu, de hecho, podría ser muy efectivo para la rehabilitación de lesiones.

¿Qué es el Kaatsu?

Con un nombre derivado de la combinación de las palabras japonesas, el sistema Kaatsu se compone de finas bandas controladas por computadora y presurizadas alrededor de los brazos y las piernas para reducir la cantidad de la sangre que fluye desde los músculos de las extremidades.

En occidente y en la literatura científica este método de entrenamiento también es conocido por diversos nombres, como “entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo”, “entrenamiento oclusivo o en oclusión”, “entrenamiento con oclusión vascular”, “entrenamiento isquémico o entrenamiento con isquemia local”.

Esta versión de entrenamiento actúa para ralentizar el flujo de sangre hacia el corazón mientras permite que las extremidades se llenen de sangre. Esta forma llena más capilares y aumenta significativamente la concentración de ácido láctico en la sangre, y lo hace a intensidades y pesos de entrenamiento relativamente más bajos mientras simula ejercicio duro y prolongado.

Esta simulación de ejercicio intenso también engaña al cerebro para que piense que el cuerpo está pasando por un entrenamiento muy difícil y provoca que la glándula pituitaria libere más hormona de crecimiento, un aspecto fundamental para desarrollar masa muscular.

¿Es realmente tan revolucionario?

Existen estudios científicos que apuntan incrementos de la masa muscular significativos y más rápidos en el tiempo (a los que se asocia también ganancias de fuerza, aunque generalmente inferiores a las del entrenamiento tradicional) que con medios y métodos tradicionales sin oclusión y elevado número de repeticiones, incluso con actividades de muy baja demanda o intensidad neuromuscular como la marcha y el pedaleo cuando se le añade la oclusión vascular.

En un artículo escrito por Guillermo Peña, del Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y Salud, “este hecho puede tener interesantes aplicaciones no sólo para poblaciones sanas (deportistas o sedentarios) sino también para poblaciones que no puedan soportar el estrés mecánico o cardiovascular inducido por el entrenamiento de alta intensidad, o para recuperar o preservar la masa muscular tras un periodo de desuso o inmovilización (personas mayores, sujetos en períodos de rehabilitación, etc.)”.