Los actores son muchas veces irreconocibles entre películas, y Matthew McConaughey es uno de esos que ha tenido que realizar cambios físicos increíbles. El tejano tuvo que perder casi 20 kilos para rodar la película Dallas Buyers Club, en la que interpreta a un enfermo de SIDA. Para llegar a ese aspecto tan delgado y demacrado, tuvo que hacer un gran esfuerzo, pero le llevó a ganar el Oscar en 2014 por su interpretación.

En apenas seis semanas, Matthew McCounaghey perdió 19,5 kilos. “Fue duro, perdía unos 3 kg a la semana”, reconoce. Apenas comía, ya que su dieta era, básicamente, 2 coca colas light, un par de claras de huevo y unos 100 gramos de pollo. Así es difícil no volverse loco, ya que se trata de una alimentación tremendamente hipocalórica. No salen más de 400 calorías en el recuento diario.

“Siempre tenía hambre e irritabilidad”, dice. Es normal, ya que tuvo que perder un cuarto de su peso para rodar la película. Pese a que nunca ha estado demasiado gordo para ningún otro papel, el actor siempre ha tenido un aspecto esbelto y musculado.

La falta de alimentos también tuvo efecto en su mente, que él describió como una "limpieza espiritual y mental". Lo más difícil, según su experiencia, es que el día se le hacía “extremadamente largo”, ya que “pasamos mucho tiempo preparando lo que vamos a comer, y si no tenemos que comer, es tiempo libre que hay que aprovechar para otras cosas”.

¿Por qué los actores se someten a esas palizas físicas? Simplemente porque los proyectos les parecen apasionantes: “es un personaje y una historia realmente interesante y sorprendente, por eso lo hice”. Eso sí, también admite que quizá no lo haría otra vez a no ser que sea un proyecto muy excitante.