Ya estamos inmersos en las vacaciones, momento de relax y quizá, de descontrolar nuestra alimentación y coger algunos kilos de más. Te vamos a proponer algunas maneras muy sencillas de controlar tu peso también en verano para que cuando vuelvas de vacaciones no te asustes si te pesas en una báscula.

No te pases con el aceite en las ensaladas

El aceite de oliva es un alimento increíblemente sano, con un sinfín de propiedades buenísimas para nuestro organismo, pero en su justa medida. Recuerda que es un alimento que solo tiene grasa, y aunque sea saludable, son 9 calorías por cada gramo. Si vas a optar por prepararte una ensalada o pides una en un restaurante, basta con una cucharada sopera, no te pases y derrames demasiado aceite de oliva o estarás metiendo muchas calorías en tu cuerpo.

Haz un buen desayuno

Si bien desayunar está algo sobrevalorado como la comida más importante del día, en vacaciones siempre es mejor optar por un desayuno lleno de nutrientes y completo para sentirte saciado durante el resto del día, y no te pegues el atracón a la hora de comer o de cenar. Si te lo preparas tú mismo, elige varias piezas de fruta, yogures y tostadas con algo de mermelada light para darle un toque de sabor sin necesidad de tomar azúcares añadidos.

Fija un día de la semana para “pasarte”

Como ya comentábamos recientemente, la moda del “cheat meal” está ganando muchos adeptos. Intenta mantener una dieta equilibrada durante la semana, y si te quieres pegar un atracón o tienes un antojo un determinado día, hazlo sin remordimientos, pero después vuelve a tu pequeña rutina. No entres en la deriva de comer mal todos los días o lo acabarás pagando con unos kilos extra a tu regreso de vacaciones.

Cuenta calorías

Si una persona normal tiene que comer entre 1.800 y 2.500 calorías al día para mantenerse en su peso, calcula cuántas te hacen o te han hecho falta a ti para llegar en forma al verano. Una vez estés de vacaciones, no te obsesiones, pero trata de calcular a grandes rasgos cuantas calorías ingieres en cada comida que haces. Te ayudará a saber si te estás pasando o estás dentro de los límites.

Intenta no comer productos ultraprocesados

Siempre hay que tratar de hacerlo, y las vacaciones no son una excusa para hartarte a bollería, pizzas congeladas o hamburguesas de comida rápida. Como hemos mencionado antes, escoge un día para comer todo lo mal que quieras, pero trata de mantenerte el resto. En cambio, si vas a restaurantes o a comer fuera, elige buenas fuentes de proteína (pescado, cortes magros de carne) y no abuses a la hora del postre, ya que es donde seguramente se escondan todas esas calorías que irán en forma de grasa a las zonas indeseadas.

Aprovecha para hacer algo de deporte

No tienes por qué sacrificarte al máximo como en tu rutina diaria, pero sí es bueno que hagas cualquier tipo de ejercicio. Te proponemos una buena caminata a primera hora de la mañana, incluso antes de desayunar, puedes nadar en la piscina o en la playa o incluso reunirte con amigos para echar un partido de fútbol, jugar al pádel o realizar todo tipo de actividades. Que no tengas tu gimnasio cerca no es excusa para convertirte en una persona sedentaria de vacaciones.