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La ingesta de grasas de la dieta mediterránea no engordan

Las grasas de los frutos secos, del pescado y de aceites vegetales ricos en compuestos fenólicos son más saludables que los lípidos procedentes de la carne y los alimentos procesados.

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La ingesta de grasas de la dieta mediterránea no engordan
Anna Subbotina

Se han de eliminar los prejuicios y advertencias contra opciones más saludables y ricas en grasas, por ejemplo, frutos secos, aceites vegetales ricos en componentes fenólicos, yogur o, incluso, queso. Debemos dejar de lado el mito de que los alimentos pobres en grasas y calorías conducen a un aumento menor de peso.

profesor Dariush Mozaffarian

El aceite de oliva virgen extra, el AOVE, es mucho más saludable de lo que pensamos, y eso que confiamos en él plenamente como enamorados de la dieta mediterránea y ser además uno de los mejores alimentos para nuestra salud.

Según explica un estudio publicado en la revista médica The Lancet Diabetes & Endocrinology, seguir una dieta mediterránea rica en grasas vegetales (aceite de oliva virgen extra, frutos secos, etc.) no implica un aumento significativo de peso en comparación con una dieta pobre en grasas.

El trabajo sugiere que muchas directrices actuales sobre salud que recomiendan reducir grasas y calorías generan una percepción errónea sobre los efectos de la ingesta de grasas de la dieta mediterránea, de reconocidos beneficios para la salud. El artículo está firmado por los expertos Ramon Estruch, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB, del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del equipo IDIBAPS Hipertensión, Lípidos y riesgo cardiovascular; Emili Ros, jefe del mismo equipo del IDIBAPS y del Hospital Clínic; Rosa M.ª Lamuela, de la Facultad de Farmacia de la UB; y Xavier Pintó, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB y el IDIBELL, entre otros expertos de instituciones y centros hospitalarios de todo el Estado.

Las grasas de los frutos secos, del pescado y de aceites vegetales ricos en compuestos fenólicos son más saludables que los lípidos procedentes de la carne y los alimentos procesados.

El último estudio

El nuevo estudio incluyó 7.447 participantes (hombres y mujeres, entre 55 y 80 años), y se llevó a cabo en once hospitales de todo el Estado durante el periodo 2003-2010. Los participantes estaban divididos en tres grupos según el tipo de alimentación que seguían: una dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en aceite de oliva, una dieta mediterránea sin restricción calórica y rica en frutos secos, y una dieta baja en todo tipo de grasas. Todos los participantes tenían un perfil de alto riesgo cardiovascular o eran diabéticos de tipo 2, y más del 90% tenían sobrepeso o eran obesos.

Después de cinco años, el consumo total de grasas se había reducido en el grupo de la dieta baja en lípidos; mientras que había aumentado ligeramente en los dos grupos que seguían una dieta mediterránea. Según los resultados, en general todos los participantes perdieron peso: en concreto, los que más redujeron su peso corporal seguían la dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en aceite de oliva. En cuanto al perímetro abdominal, aumentó más en el grupo que seguía una dieta baja en grasas, en comparación con los grupos con dieta mediterránea.

El profesor Dariush Mozaffarian, de la Universidad de Tufts, en Boston, afirma “el contenido en grasas de los alimentos no es un indicador útil para estimar los efectos positivos o negativos que tienen sobre la salud a largo plazo. La evidencia científica moderna es compatible con la opción de comer más calorías procedentes de la fruta, los frutos secos, los vegetales, el grano, el pescado, los yogures, los aceites vegetales, etc., y menos calorías de productos procesados ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans. Ignoramos esta evidencia bajo nuestra propia responsabilidad, concluye.