Red Bull construye la rampa de skate más grande del mundo
La estructura, montada sobre un edificio en Brasil, tiene todavía un propósito misterioso. Debería ser el escenario de algún récord en breve.


Red Bull ha sorprendido al mundo del skate construyendo lo que podría ser la rampa más grande jamás vista. La estructura no está en un parque ni en un estadio, sino en la fachada del edificio CAFF (Centro Administrativo Fernando Ferrari), en pleno barrio de Praia de Belas, en Porto Alegre, Brasil.
Aunque la compañía no ha revelado detalles técnicos ni confirmaciones oficiales sobre la altura exacta de la rampa, las imágenes y videos filtrados muestran una plataforma de descenso que cubre prácticamente toda la cara lateral del edificio, que supera los 100 metros de altura. Y que está generando un buen hype. El montaje forma parte de un proyecto que se debería desarrollarse entre el 8 y el 10 de septiembre, y que podría marcar un antes y un después en la historia del skate.
Hasta ahora, la rampa de skate más grande -aunque fija- pertenecía a la megaestructura construida por Bob Burnquist en su finca de California. Erigida en 2006, esa rampa medía 360 pies de largo (unos 110 metros) y contaba con una sección de lanzamiento de 55 metros, un gap de más de 20 y una quarterpipe de 9 metros. Sin embargo, lo que Red Bull ha construido sobre el edificio brasileño deja claramente atrás aquella emblemática obra, no sólo en dimensiones verticales sino en complejidad y riesgo.
El periodista brasileño Léo Saballa Jr. ha señalado al veterano skater Sandro Dias como posible protagonista del desafío. Conocido por sus títulos mundiales en vert y por haber sido uno de los pocos en completar el mítico 900, Dias sería, según Saballa, “el único con la técnica y la sangre fría necesarias para algo así”.
La iniciativa transforma en realidad una vieja broma urbana entre los habitantes de Porto Alegre, quienes durante años imaginaron el edificio CAFF como una rampa de skate perfecta. Red Bull, fiel a su estilo, recogió el mito y lo convirtió en una jugada de marketing extremo.
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Por ahora, no hay confirmación de si el salto formará parte de una tentativa oficial para los Guinness World Records, pero lo cierto es que el proyecto ya ha captado la atención global. Queda por ver si el descenso más vertiginoso del skate se concretará sin contratiempos y si abrirá la puerta a nuevas fronteras para la disciplina.
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