Hoy en día no es ningún secreto que estamos sobreexpuestos a imágenes que buscan captar nuestra atención. Reclamos gráficos ideados para publicitar ‘x’ producto o servicio que seguramente ni siquiera necesitemos. Nuestro cerebro responde a estos estímulos visuales al encontrar cierto atractivo en ellos, un atractivo que muchas veces radica en la belleza de la fotografía.

Una localización espectacular, una luz perfecta y un instante de acción congelado en el momento idóneo crean una armonía que plasmada en una pantalla o en un papel cobra el poder de hipnotizar a aquellos de los que capta su atención.

Este es el caso del trabajo de Yhabril Moro, un fotógrafo amante de la naturaleza y la montaña que vive a medio camino entre el Pirineo y el País Vasco. Su pasión por el snowboard le llevó a caer en la fotografía y ahí surgió la magia. Para conocer su trabajo y sus motivaciones Yhabril acaba de publicar un vídeo que es a todas luces un buen resumen de lo que hay tras un fotógrafo de montaña.

La importancia de una buena luz, la selección de una localización única, el talento del rider que protagoniza la foto y la pasión que le mueve para congelar el momento son los cuatro elementos sobre los que pivota su trabajo.

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