Espargaró y Verona: la grupeta de Andorra en el Lidl-Trek
El madrileño convenció al piloto de MotoGP, ahora probador de Honda, para que lo intentara en el ciclismo y medió con su equipo.
Una grave caía de Aleix Espargaró en 2012, cuando era piloto de Moto GP, fue decisiva para que el catalán empezase a rodar en bicicleta de forma diaria. El impacto del running le producía fuertes dolores y encontró en el ciclismo un alivio que le generaba la misma sensación de felicidad que las motos. Afincado en Andorra, Espargaró empezó a coincidir con varios ciclistas de primer nivel que cogían las mismas rutas que él. Poco a poco, se fue adentrando en el mundo de las bicis y convirtió a esa grupeta en parte de su familia.
Dentro de esos corredores, considerados por Espargaró (Granollers, 35 años) de los “mejores del mundo”, estaba Carlos Verona (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 32). El madrileño, también afincado en el Principado, encontró en Aleix un apoyo incondicional, un respaldo moral para rodar en esos meses duros en los que la temporada da una tregua pero en los que no se puede perder la forma. En esos días, nació y se fortaleció la relación Espargaró-Verona. Años después, se consideran familia, casi hermanos por el tiempo que comparten juntos con sus mujeres y niños.
Espargaró, tras superar la lesión, regresó a las motos, pero sin descuidar las bicis. A Verona, años después de conocerle y compartir muchos kilómetros por carretera, le empezó a rondar por la cabeza la idea de que su amigo Aleix, una vez decidiese dejar los circuitos, pudiese formar parte del pelotón de forma más profesional. Verona dio un paso más y empezó a hablar de Espargaró a los técnicos de Lidl-Trek. Pero el madrileño no recomendó a Aleix por amistad, sino porque le veía unas grandes condiciones para cumplir dentro del equipo.
“Aleix es uno de mis mejores amigos. Nos conocimos hace diez años en Andorra y nos unió el ciclismo, nuestra pasión. Su afición por las bicis ha ido creciendo. Su carrera en Moto GP se acabó el año pasado (el catalán era piloto de Aprilia y firmó 12 podios y tres victorias en MotoGP) y pensé que podría sumar mucho a nuestro equipo. A nivel deportivo, puede aportar cosas que todavía nadie sabe. Yo tengo muchas expectativas puestas en él. Además, el ciclismo también puede aprender mucho de las motos porque no estamos muy lejos. Yo quiero lo mejor para Lidl-Trek y creo que Aleix puede hacer mejor al equipo. También es bonito para mí poder compartir con mi amigo estos momentos y estas motivaciones”, explicó Verona a AS en la concentración de pretemporada.
Espargaró, mientras, alterna su labor de piloto probador de Honda para mejorar la RC 213V de Joan Mir y Luca Marini en los recientes test de Sepang (Malasia) o Tailandia con concentraciones ciclistas en Tenerife donde se da palizas como la vuelta a la isla (216 km con más de 4.000 metros de desnivel).
Ahora, la dupla formada por Espargaró y Verona confía en coincidir en una carrera oficial. En este momento, Aleix cumplirá “uno de sus grandes sueños” porque debutará en el ciclismo y Verona podrá dar por concluida una de las ‘gestiones’ más cariñosas que ha hecho a lo largo de su dilatada trayectoria en el pelotón de primer nivel.
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