La 16ª etapa del Giro, el tappone dolomítico, con La Crosetta (11,6 km al 7,1%), Fedaia (14 km al 7,6%), Pordoi (la Cima Coppi a 2.239 metros de altitud, 11,8 km al 6,8%) y Giau (9,9 km al 9,3%), se convirtió en tappina con la supresión de Fedaia y Pordoi por el mal tiempo. Desde primera hora de la mañana (en condiciones normales la jornada habría partido a las 10:50) se produjeron reuniones telemáticas y telefónicas para debatir la neutralización o el recorte de algunos tramos. Finalmente, la organización del Giro comunicó sobre las 10:30 la cancelación de las ascensiones a Fedaia y Pordoi por la nieve acumulada y el frío, pese a tratarse de vías transitables, en aplicación del protocolo de clima extremo.

Así, el nuevo perfil pasó de uno temible de cuatro puertarracos a otro cercenado en exigencia y kilómetros. De los 212 km originales a los 153 definitivos, con únicamente dos cumbres: “Se informa de que el recorrido de la etapa queda recortado. La salida se pospone a las 11:30. Por esta razón también se publica el nuevo trazado y rutómetro. La nueva Cima Coppi será el Passo Giau (a 2.233 metros)”.

Antes de que se tomase la decisión, dentro del pelotón se mostraron favorables a completar la jornada tal y como estaba prevista. Alberto Bettiol, del Education First, explicó la posición de la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP): “Expresamos nuestra opinión en el chat de la ACP. Nos encontramos listos para hacer la etapa tal y como se diseñó, y luego nos adaptaremos a lo que se decrete”. Efectivamente, debieron amoldarse a las directrices de los responsables de la carrera italiana. Unos Dolomitas descafeinados, criticados por Egan Bernal en sus redes sociales: "Esto es una mierda". Mauro Vegni, director de la Corsa Rosa, respondió: "¿Dónde se hallan los límites del nuevo ciclismo?”. Con presiones y cambios de criterios, la ACP celebró con un comunicado que se velara “por la seguridad”.