VUELTA A ESPAÑA

"Esta Vuelta ha mandado un mensaje muy positivo"

Javier Guillén, director de la ronda española, hizo balance en AS sobre una edición de la que no oculta que es la más difícil desde que entró en el cargo en 2009.

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"Esta Vuelta ha mandado un mensaje muy positivo"
JESUS RUBIO DIARIO AS

Javier Guillén (Madrid, 48 años) reconoce que La Vuelta 2020 ha sido la más difícil de las 12 que ha dirigido desde que asumió el cargo de director de la ronda en 2009. Desde que la pandemia obligó a reestructurar el calendario UCI, ha estado luchando para que este símbolo del deporte español se consiguiera disputar. Cuando el pelotón acabó este domingo en Madrid, tuvo una sensación de alivio, pero no quiere ni oír hablar de otra edición en estas condiciones de estrictas medidas sanitarias que, aunque necesarias, le robaron parte de la esencia.

-Desde que arrancó La Vuelta el 20 de octubre, usted sólo ha repetido que había que ir "día a día" en una carrera cercada por la situación sanitaria. La prueba ha terminado y sin positivos entre los ciclistas. ¿Qué balance hace?

-Lo primero, una gran satisfacción y alivio. Y una sensación de que si se hacen bien las cosas desde el punto de vista sanitario, se pueden llevar a cabo muchos proyectos. Creo que las burbujas nos han enseñado que medidas como llevar mascarilla, guardar distancia, no tener excesivas relaciones sociales… funcionan. La burbuja del pelotón de La Vuelta ha seguido esa dinámica, manda un mensaje muy positivo y un ejemplo a la sociedad.

-¿La Vuelta más difícil?

-Con diferencia. Y eso que las cosas se han hecho bien. Pero la clave para que se haya logrado ha sido la autorresponsabilidad de los corredores y de los equipos. Ese ha sido el secreto. La organización tiene muy poco mérito, porque todo lo que podíamos hacer nosotros no hubiera servido para nada sin esa responsabilidad. Y sí, ha sido la Vuelta más difícil, de la que hemos aprendido muchísimas cosas… pero que no queremos volver a repetir en estas condiciones. Nunca. Estamos ansiosos por no volver a poner en práctica estas medidas. Lo que necesitamos es normalidad. Pero en esta situación tan crítica, el ciclismo se ha reivindicado y ha dado un gran paso adelante.

-¿Hubo algún momento en el que pensó que La Vuelta no llegaba a Madrid?

-En ningún momento he tenido ese pensamiento… más allá de que es lógico pensarlo y de que mucha gente lo ha pensado. Ha habido momentos muy difíciles, que se quedan dentro de la organización. También momentos en los que decíamos: 'Ay, Dios mío, cómo vamos a gestionar esto…'. Pero también es verdad que nuestras grandes preocupaciones eran dos: por un lado, la situación epidemiológica de las burbujas; y por otro, cómo nos íbamos encontrando con el estado de las comunidades autónomas. Los resultados de los test han mostrado el estado de la burbuja, y con respecto a las comunidades, todo nuestro agradecimiento porque, aunque siendo conscientes y comprensivos con las medidas que se han tenido que tomar, La Vuelta se ha podido desarrollar. También creo que ha influido que La Vuelta ha estado a la altura.

"Las jornadas de test y PCR las vivíamos con inquietud e incertidumbre"

-¿Cómo vive un director de una grande esos famosos exámenes de salud que suponían las jornadas de descanso?

-Con inquietud e incertidumbre. En esa lotería da igual quién tiene la culpa. Si hay positivos, la carrera está comprometida, se demuestra que algo ha fallado y, encima, se sienta un mal precedente para los días posteriores. Por lo tanto, hasta que la Unión Ciclista Internacional no comunica, como ha sido nuestro caso, que todos los controles son negativos, no respiras tranquilo. Pero no conviene hacer un análisis triunfalista ni excepcional. No creo que La Vuelta haya hecho algo extraordinario, que no hayan hecho otros, y nuestro gran ejemplo ha sido el Tour. Pero sí, en una jornada de descanso el director está súper preocupado por los test. Si dijera que lo hemos vivido todo con tranquilidad y desde la atalaya del éxito, sería un pelele. Nadie en mi posición jamás lo viviría así.

Usted, que diseñó esta Vuelta antes de la pandemia. ¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando atravesaba puertos como Arrate, Orduña, el Angliru… sin aficionados?

Pues que la gente ha tenido un gran compromiso con la carrera y con la salud. Al aficionado, lo primero que hay que hacer es pedirle perdón. Esto es algo que se hace para el público. Y decirle que no te venga a ver es perder tu esencia. Y después, darle las gracias, porque como sociedad hemos dado ejemplo. Esta Vuelta tiene un gran mensaje y ejemplo social, tanto por parte del público, como de los equipos y corredores.

-Intentando ver el lado positivo, esta Vuelta en otoño ha mostrado una España diferente, unos paisajes muy llamativos. ¿Qué opina del debate que se ha abierto de si La Vuelta debería retrasar sus fechas y aprovechar esto?

-He visto una España preciosa, un país en marrón y oro maravilloso, lleno de contrastes. Para mí también ha sido un descubrimiento. Camino de La Covatilla, por ejemplo, todo el recorrido era entre arboledas y era impresionante. En cuanto a ese debate, está zanjado: La Vuelta, en verano.

CICLISMO 20

"La etapa del Tourmalet se podía haber cambiado también por el clima"

-En cuanto al clima, ¿ha sido la otra gran preocupación diaria? ¿Miraba al cielo cada mañana?

-Mirar al cielo, no. Lo que hacía cada mañana era llamar a mi meteorólogo de cabecera que me iba informando diariamente. Es un íntimo amigo mío al que he tenido literalmente abrasado. Aunque el tiempo no se puede cambiar, sí se pueden prever cosas. Por ejemplo, en la etapa del Tourmalet, hoy ya se puede decir que teníamos una previsión de modificarla por la meteorología. Si el gobierno francés no nos hubiera negado la entrada, posiblemente hubiera sido el clima el que nos obliga a cambiarla. En La Covatilla también teníamos un plan B por el viento, pero en ningún momento se activó. Sabíamos con antelación que se iba a poder hacer.

-Fue una gran etapa, pero quedó la espina del Tourmalet. También de Países Bajos y Portugal. ¿Cuándo veremos a la carrera entrar en estos países?

-En el caso holandés, cuando ellos quieran. El Tourmalet, en cuanto La Vuelta vuelva por Pirineos, porque la relación que tenemos con las autoridades de aquella zona es extraordinaria. ¡Si vinieron a ver la etapa de Formigal! Esa etapa reina hay que hacerla cuanto antes.

-¿Se imaginaba un desarrollo de la carrera tan emocionante? ¿Qué le diría a los ciclistas que la han protagonizado?

-Que estaremos eternamente agradecidos. Que han honrado a su deporte como nunca. Primero, por el compromiso que han adquirido con la situación sanitaria, y si a eso se le suma el espectáculo deportivo que han dado, en noviembre, a finales de temporada, con mal tiempo, con una situación social tan complicada… Ha sido un espectáculo único.

-Pero a punto estuvieron de darle un disgusto con aquel 'miniplante'.

-Como fue un 'miniplante', me lo tomo como una anécdota. Y no con eso quiero quitar importancia a la reivindicación. Los plantes son un recurso muy grave, que pueden ocasionar mucho daño. Hay que hacer las peticiones y dar las opiniones con tiempo y sentido común. No se puede cambiar una decisión de los comisarios de esa manera. Dicho esto, aquello se personalizó en Chris Froome, un amigo de esta carrera y esta carrera es amiga de Chris Froome. Hablamos, nos reunimos con él y nos dio su opinión. Pero en una carrera tan complicada y con obstáculos tan grandes, ahora no deja de ser una anécdota.

"Al aficionado hay que pedirle perdón y darle las gracias"

-¿Qué opina de Primoz Roglic? En dos años ya se ha convertido en uno de los extranjeros más importantes de la historia de La Vuelta y sus palabras con la carrera y la organización han sido muy cariñosas.

-A Roglic hay que agradecerle una cosa: ha sido segundo en el Tour y, un mes después, ha ganado La Vuelta. Eso demuestra que se puede competir por el Tour y venir a La Vuelta para conquistarla. Le estoy muy agradecido por demostrarlo. Se ha ganado ser historia de esta carrera y con dos victorias seguidas, que eso no se estila mucho, y esta última con cuatro triunfos de etapa.

-Es casi lo de menos, pero… ¿qué tal las audiencias?

-Extraordinariamente bien. En La Covatilla, más de 2.150.000 espectadores. Y es verdad que la propuesta del recorrido influye, pero las audiencias las dan la forma de correr de los ciclistas. Han enganchado desde el primer día, creo que este año se ha hablado mucho de La Vuelta.

-¿Qué etapa de esta Vuelta quedará para siempre en el recuerdo de su director?

-¿De este año? ¡Todas! Por cómo sufrimos, la de Formigal y la parte final de la de Puebla de Sanabria. ¿Por satisfacción? En la de La Covatilla lo pasé en grande, como un aficionado al que le vuelve loco el ciclismo. Pero creo que fue en la primera, cuando vi que, tras salir de Irún, se podía subir a Arrate sin problemas de público, vacío, la que más me ha marcado. La que me dijo que esta Vuelta podía llegar a Madrid y cumplir los compromisos a los que se había llegado con las autoridades.

-La Vuelta 2021... ¿Cómo se va a empezar a preparar, con Covid o sin Covid?

-Sin Covid. Y si, desgraciadamente, aún está presente la enfermedad el próximo año, esperamos que sea con una situación epidemiológica mucho mejor que la actual. Queremos una Vuelta 2021 con toda normalidad.