En 1999, un desconocido puerto de la Sierra del Aramo, que sólo le era familiar a gente de la zona y a algún que otro excursionista, se convirtió de golpe y porrazo en un santuario ciclista. O en un infierno sobre ruedas. El Angliru, a pesar de no contar con la larga historia de otras cimas de La Vuelta, ya es un icono de la ronda española y una ascensión que, al menos, se codea con las cumbres más míticas del panorama ciclista.

Vuelta a España en directo: etapa 12 hoy, subida al Angliru, en vivo

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No tiene secretos, su clave es la dureza extrema. En total, 12,4 km de martirio con una pendiente media de 9,9% y un tramo en la parte final, la Cueña les Cabres, donde el ciclista no avanza, se retuerce en sus rampas que no bajan del 14% y alcanzan casi la verticalidad (23,5%). Quizá esa sea la pega que no le convierte en una cima decisiva, pero su importancia va mucho más allá como refleja la expectación y las audiencias cada vez que la carrera afronta sus rampas, que en este atípico 2020 no contarán con un elemento fundamental, el público asturiano, que deberá conformarse con ver por televisión a su joya ciclista, cerrada al público por los estrictos protocolos que exige la pandemia.

En su historia, aunque corta, aparecen ganadores legendarios como el primero en asaltarlo, el Chava Jiménez (1999), hasta el único corredor que lo ha conseguido vencer en dos ocasiones, Alberto Contador, en 2008 y en la última vez que se ascendió: 2017, su última victoria profesional.

Hoy, con un panorama tan atractivo como es el empate a tiempo entre Roglic y Carapaz, y un Movistar obligado a atacar, vuelve a aparecer este terrible puerto tras sólo 109 kilómetros, pero después de ascender Padrún (3 km al 6,6%), Santo Emiliano (5,8 km al 4,9%) y, sobre todo, La Mozqueta (6,6 km al 8,4%) y el Cordal (5,4 km al 9,3%), cuya delicada bajada lleva a las faldas del Angliru, el gran coloso asturiano.