Irún acogió este martes la gran salida de La Vuelta 2020, pero sin el ambiente festivo de otras ediciones debido a las restricciones de la pandemia. De hecho, la localidad vasca heredó el privilegio de ser protagonista de esta 75ª edición tras el aplazamiento del evento en los Países Bajos, y ha realizado un enorme esfuerzo para normalizar la presencia de la carrera ante la nueva situación. Así lo expresó el alcalde, José Antonio Santano, en un evento en el ayuntamiento irundarra, que también quiso reservarse el derecho de intentar ser sede de la carrera en un futuro próximo y en otra situación.

Sin embargo, el motivo del acto era la cesión del testigo a Burgos, que acogerá la salida de la edición de 2021 como uno de los actos conmemorativos del 800 aniversario de la Catedral, un escenario del que su alcalde, Daniel de la Rosa, destacó su catalogación de "patrimonio de la humanidad". Y será el epicentro de la salida, ya que como confirmó Javier Guillén será una primera jornada totalmente urbana. Una contrarreloj individual por las calles burgalesas.

El director de La Vuelta también mostró sus sentimientos al dar el banderazo inicial de una carrera tan difícil y especial: "Están siendo momentos rodeados de una tremenda emoción. El estar hoy en Irún hace que, aunque hemos tenido que suprimir la salida de Países Bajos, siga siendo una salida internacional. Ningúna ciudad conecta dos países como Irún". Y también dejó su promesa para una ediciones en el futuro: "Volveremos".