Alejandro Valverde, el ciclista con más medallas en la historia del Mundial de fondo, un oro, dos platas y cuatro bronces, se encuentra a los 39 años en una situación desconocida para él, que tampoco termina de hacerle tilín: defender el arcoíris en un recorrido que no le gusta, en unas previsibles condiciones de frío, lluvia y tensión que le desagradan. Sus compañeros y el seleccionador, el debutante Pascual Momparler, insisten en que Yorkshire ofrecerá una bella oportunidad para repetir título. A su edad, y alcanzado el ansiado arcobaleno, el hambre de triunfo no es la misma y el murciano asegura sin problemas que prefiere el oro olímpico como guinda a su palmarés. Sin embargo, también se aferra a dos máximas: cualquier Mundial va a resultar siempre exigente, y la competición se decidirá entre gente fuerte y experimentada.

Con 285 kilómetros de extensión y más de 3.500 metros de desnivel acumulado, se trata de un trazado bastante duro, cuya dificultad aumentará exponencialmente en condiciones adversas. Y los partes meteorológicos cierran filas: probabilidad del 100% de precipitaciones, mínimas de seis grados y máximas de doce. “No cabe duda de que la carrera se romperá en mil pedazos, y debemos permanecer atentos para que no nos pille a contrapié y contar con opciones hasta el final. A partir de ahí, disputarla con todo”, coinciden Valverde y Momparler. En caso de que se la juegue un grupo reducido, el último kilómetro presenta curvas muy técnicas, un repechón se erige a 500 metros y la meta pica para arriba. España, séptima, necesita además puntos para el ranking de Tokio 2020: Eslovenia, sexta, ocupa la última plaza con derecho a cinco hombres.

En la nómina de gente fuerte y experimentada llamada a pelear por el maillot arcoíris figuran los nombres habituales: Gilbert y Van Avermaet, arropados por una potentísima Bélgica con Evenepoel, Wellens o Naesen; el espectacular francés Julian Alaphilippe; Michael Matthews, con el completo combinado australiano a su servicio; el noruego Alexander Kristoff; Matteo Trentin y la tradicionalmente peligrosa Italia; el todoterreno alemán John Degenkolb; y, por encima del resto por currículum y momento de forma, Peter Sagan y la irrupción de Mathieu van der Poel. Mientras el eslovaco se convertiría en el único ciclista con cuatro Mundiales si consigue la victoria (comparte récord con Alfredo Binda, Eddy Merckx, Rik van Steenbergen y Óscar Freire), el neerlandés lograría su primer cetro en la carretera después de dominar en ciclocross (es doble campeón del mundo y de Europa) y mountain bike (oro continental). Así que… que se alce el telón.