“No lo conozco, pero he visto el perfil y me han dicho que es una especie de Galibier asturiano”, dice Roglic del último puerto de la jornada de hoy. Se trata de una subida inédita que los cicloturistas llevaban pidiendo desde hacía mucho tiempo, La Cubilla, uno de los puertos más bellos de Asturias situado en la zona de Pola de Lena, que reclama ser un auténtico paraíso para este deporte. Se trata de una ascensión que se asemeja a las que se ven en el Tour. Tendido, pero infinito. La medición de la Vuelta le da 17,8 km al 6,2%, sin rampas explosivas (las máximas al 9%), pero que se hace muy largo. Más porque mucho antes la carretera empieza a picar hacia arriba para completar, en total, casi 30 km.

Será el desenlace de “otra etapa muy dura”, como avisa Valverde, y cuyos últimos kilómetros son una estampa preciosa, donde las curvas de herradura se ven desde la cima. “Si hace buen tiempo, podremos disfrutar de sus excepcionales vistas”, asegura Fernando Escartín. El problema es que la climatología se puede complicar, según las previsiones que se manejan, y eso puede convertir el recorrido en un terreno lleno de trampas.

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Escartín lo sabe bien, con mal recuerdo del puerto anterior, un clásico como la Cobertoria, duro (8,3 km al 8,2%), pero donde las rampas que superan el 10% no es lo que más preocupa. Mucho peor es su descenso, técnico, donde se pueden alcanzar altas velocidades y en el que si aparece la lluvia el peligro aumenta. El aragonés sufrió allí una caída terrible en la edición de 1999, teniéndose que retirar con múltiples fracturas.

Allí, Alex Zulle, pronunció aquello de “bicicleta en flores”, cuando en su pugna por la Vuelta de 1993 se dejó buena parte de sus opciones con un accidente en ese descenso maldito. El Puerto de San Lorenzo, el primero que se ascenderá con 10 km al 8,5%, completan una jornada que volverá a ser decisiva y que tiene múltiples puntos para intentar sorprender al líder Roglic. El Movistar, tras sus buenas sensaciones en el Acebo, el Astana donde López espera recuperar las buenas sensaciones, y un Pogacar que cada vez se ve más cerca del podio de Madrid, tendrán oportunidades, aunque sean conscientes de que en la etapa se puede ganar mucho, pero también se puede perder todo.