Hay cinco millones de personas en el mundo, una cifra que se reduce a 32.000 en España, que nacieron un 29 de febrero, en año bisiesto. Uno de ellos es el presidente Pedro Sánchez. Y otro, un ciclista notable, Rubén Plaza, que tiene que contar su edad por olimpiadas. El alicantino nació en Ibi en 1980, por lo que en 2020 celebrará su 10º cumpleaños, aunque en la suma real alcanzará los 40.

En categorías inferiores fue tan prometedor como Valverde, un ciclista de su quinta. Tenía unos parámetros físicos similares a los de Miguel Indurain y una altura excepcional: 192 centímetros. Antes de la bicicleta probó el baloncesto, pero se aburría ante niños más bajos. El Banesto le fichó en 2001, pero se atascó por una lesión de rodilla provocada por problemas de crecimiento: sus tendones no soportaban su potencia.

En 2003 resurgió como campeón de España. Al año siguiente fichó por el Kelme, con el que brilló en la Vuelta de 2005, donde ganó la crono de Alcalá de Henares y acabó sexto, antes de entrar en la oscuridad por la aparición de su nombre en los papeles de la Operación Puerto.

Aquel suceso le despidió a equipos de Portugal. Con el Benfica ganó la Vuelta a Valencia, tras vencer en su natal Ibi el 28 de febrero de 2008, justo en la fecha en la que suele celebrar sus cumpleaños. Al siguiente, día 29, su aniversario real, partió de líder. Con el Liberty luso volvió a proclamarse campeón de España en 2009, una victoria que le sirvió de indulto para regresar a equipos de élite. Sus triunfos en el Tour (Gap) y en la Vuelta (Cercedilla) de 2015 fueron la cumbre de una carrera que había apuntado más alto… Casi a dos metros de altura.