La reacción del colombiano Miguel Ángel López en la 20ª etapa del Giro de Italia, golpeando a un fan que corría al lado del grupo en el que marchaba hasta que chocó con él y le tiró al suelo, es merecedora de una sanción a ojos de la UCI, que no quiere sentar un precedente con este tipo de acciones.

Si bien la organización de la Corsa Rosa no quiso castigar a Superman al entender que era una "reacción humana" al accidente, la norma 22.2 de la UCI es muy clara en cuanto a la violencia contra personas que no sean corredores mientras se disputa una carrera. La quebrantación de dicha norma contempla, en un principio, una multa de 200 francos suizos y la eliminación de la carrera. Aunque este último supuesto, pensado para casos de violencia desmesurada, parece que no se aplicará a López, que sí podría perder un minuto en la clasificación general aparte del importe económico, con lo que quedaría relegado de la séptima a la octava plaza, por detrás de Simon Yates. 

Tras el incidente, el jefe del Astana en carrera, Giuseppe Martinelli, afirmó que lo único que lamentaba era "que López no castigara aún más al espectador" porque "lo merecía" y que una sanción sobre López significaría "el fin del ciclismo tal y cómo lo conocemos". El corredor, por su parte, pidió perdón y más respeto para los ciclistas.