Tras 17 etapas de Vuelta, en el Movistar se acabó el debate: el líder es Alejandro Valverde. Que Nairo cediera tiempo y la magnífica ascensión del murciano a Oiz lo confirmaron: “Aún no hemos hablado en el hotel, pero ya parece que todo es más favorable para mí”. Un ciclista que a sus 38 años se encuentra a 25” del maillot rojo tras ser el que mejor sensación dejó entre los favoritos y recortar 8” con el líder, Simon Yates. El británico está en su punto de mira mientras mira de reojo a Enric Mas, inesperado candidato. “Puede parecer cosa de tres, pero aún queda mucho. Cada día es un examen y estoy de sobresaliente”, asegura con una sonrisa en la boca.

Fue el resultado de un día durísimo, donde a Valverde no se le pudo achacar nada. Lo intentó desde lejos con un ataque de lejos y, al ver que no podía abrir hueco, se guardó para el final, donde dejó de rueda al líder. “Fue una jornada difícil y sabía que tras el esfuerzo de la contrarreloj podía pasar de todo en esta subida”. Aunque también reconoció que se cambió de estrategia cuando Nairo empezó a generar dudas en la última ascensión: “Íbamos hablando y el me aseguraba que se encontraba bien, pero eso es la tercera semana de una gran vuelta, en cualquier momento puedes bajar”.

Nairo le respaldará

El colombiano perdió contacto muy pronto con los favoritos y, a pesar de que fue capaz de minimizar pérdidas, llegó a meta a 1:04 de su compañero, quien es ya también para él la principal baza del Movistar. “No voy a mentir ni decir que estaba enfermo. No tenía más fuerzas. Me sacaron de punto y he ido aguantando. Vamos a respaldar a partir de ahora a Valverde”. Y el murciano ya empieza a pensar en las dos jornadas claves que restan, empezando por el viernes en La Rabassa, día para el que Alberto Contador, presente en Oiz, le dio un consejo: “Me ha dicho que no se me olvide comer como me pasó en 2008, donde me entró un pajarón”.