-Simon Yates lidera el Giro y usted marcha segundo. ¿Confían en conseguir el título en Roma?

-Queremos ganar el rosa como equipo. Los ciclistas en nuestra escuadra no corremos de forma egoísta, sino por el bien común. Veremos hasta dónde llegamos, y cualquiera de los dos seguro que se sacrificará por el otro en caso de que se encuentre mejor.

-¿De verdad no existe un número uno y un número dos?

-El número uno es el Mitchelton, no Simon Yates o Esteban Chaves. La clasificación indica que él ha ido mejor esta primera semana, pero nuestro objetivo es conquistar el Giro con uno de los dos. Somos buenos amigos, no se producirán disputas.

-¿Cómo fue la etapa del Etna, cuando Simon Yates le atrapó en el último kilómetro?

-No lo planeamos. De repente escuché en la radio: “Ok, chicos, a tope hasta la línea de meta”. Miré atrás y ahí estaba Simon. “¿Qué hace aquí?”, me dije. Y al máximo. La idea era forzar el trabajo de los equipos rivales con Haig y conmigo en la escapada. Luego nos salió una jugada redonda.

-Contar con dos opciones les beneficia.

-Así es. En el Gran Sasso comprobamos que jugar con dos bazas nos favorece, tratar de saltar uno y otro para desgastar y hacer daño a los adversarios.

-En el horizonte aparece una contrarreloj perjudicial para sus intereses.

-La crono será dura, veloz y ojalá no pierda más de tres minutos. Qué puedo decir, que no me gustaría que me cayera una minutada. No soy un especialista. La táctica ideal sería sacar cinco minutos para disponer de tranquilidad en la tercera semana. No creo que se dé esa situación, así que lucharemos en cada jornada para aumentar la renta con Dumoulin, Pinot y Pozzovivo.

-¿Ve a Froome eliminado?

-A una persona que ha vencido cuatro veces en el Tour no se le puede descartar.

-¿Su valoración del Zoncolan?

-Nunca he subido el Zoncolan. Lo más parecido es el Angliru, que me parece brutal. Pretendo que me salga una buena ascensión. No me motivan estas subidas extremas.

-¿Y de estas primeras nueve etapas?

-Estamos muy contentos. La consideramos una de las semanas más gloriosas en la historia del Mitchelton. Aún nos falta lo más exigente del Giro, y simplemente debemos mantener los pies en la tierra.