El día no estaba para condescendencias en la Vuelta a Madrid. Lucía el sol y no había viento en la segunda etapa, pero con 135 kilómetros y un terreno rompepiernas los equipos fuertes de la ronda madrileña no quisieron sorpresas. Movistar fue el que llevó la voz cantante la mayor parte de la etapa. Todo el mundo esperaba la llegada masiva y se produjo. Barbero era favorito, pero se encontró con dos buenos competidores: Nelson Soto y Enrique Sanz. El colombiano fue el más listo. Tomó el lado izquierdo de la calzada, nadie le impidió poner su ritmo y adelantó a los dos españoles. Victoria colombiana... y liderato también, para Fabio Duarte.

Se voló. Desde que se bajó la bandera los ataques se fueron enlazando. Un grupo de dos, otro de once, de nuevo... pero todos acababan del mismo modo: neutralizados por el pelotón. Eso provocó que hasta el kilómetro 84 no se hizo el primer corte, pero sólo dos hombres llegaron a rodar con ventaja. Jurado y Rubiano dispusieron de un minuto, después el grupo les controló y otros saltaron, pero todo estaba bajo control y en el rus final el pelotón rodó agrupado. Con los últimos metros revirados y que picaban hacia arriba, la colocación fue clave. Sanz recriminó a Barbero que le había cerrado, ambos se molestaron y Soto salió beneficiado. Este domingo se disputa la última etapa en el Paseo de la Castellana de Madrid. Circuito con cierto desnivel que aumentará el cansancio del pelotón. Como en 2017, la general pinta a que se decidirá por los puestos. Todos deben estar alerta.