George Bennett puede decir que ha vuelto a nacer antes de tomar la salida este lunes en el Tour de los Alpes, donde finalizó en séptima posición en la primera etapa con llegada a Folgaria. En una entrevista al portal Cyclingnews, Bennett relató que fue golpeado por un coche en la víspera de la prueba mientras rodaba junto a su compañero de equipo Koen Bouwman.

Bennett y Bouwman se encontraban en una de las carreteras por las que pasaron en la primera etapa del Tour de los Alpes que también recorrerán durante la exigente crono entre Trento y Rovereto a la que se enfrentarán en el Giro de Italia. "Íbamos rápido haciendo el reconocimiento de la crono del Giro. Entonces vino un coche en sentido contrario. No nos vio, giro a la izquierda y choqué con el lateral y me caí. Afortunadamente caí sobre el coche pero me desgarré las rodillas con los soportes del techo".

El neozelandés, uno de los ciclistas más destacados para las generales del equipo holandés, reconoció que, pese al percance, puede dar gracias de seguir vivo. "He sido muy afortunado con lo que ocurrió. Pienso que tengo suerte de estar vivo. Podría haberme quedado en una silla de ruedas para toda la vida. Lo estuve pensando mucho. Está muy cerca el aniversario de la muerte de Scarponi y fue parecido a lo que le ocurrió a él y a mi amigo Jason Lowndes (fallecido tras ser atropellado mientras entrenaba en Australia). Estuve en shock y esta mañana (por el lunes), al despertarme, supe que me había golpeado un coche".

Bennett hizo balance de daños antes de la primera etapa del Tour de los Alpes y dijo que las heridas no revestían gravedad y que tomaría la salida. "En general, estoy bien. Estaba más procupado por mi rodilla izquierda y mi brazo izquierdo. Lo buenos es que, pese a que estoy dolorido por todas partes, nada es grave. Estoy muy feliz de estar en esta carrera pero para el Giro, algunos miembros del staff del Lotto-NL Jumbo estaban aterrorizados".