Sir Bradley Wiggins vive más tranquilo desde el pasado miércoles. Y es que la leyenda del ciclismo británico, acusado de recibir un paquete sospecho durante el Dauphiné 2011, fue declarado inocente por la Agencia Antidopaje de Gran Bretaña (UKAD), que dio carpetazo a la investigación al no haber encontrado pruebas suficientes. El Sky (equipo de Wiggins por aquel entonces) y la Federación Británica, también fueron absueltos.

Tras más de 37 interrogatorios con los implicados, la UKAD determinó que no existían evidencias de que en el paquete que recibió el ciclista británico pudiera haber sustancias dopantes, ya que los registros médicos no se guardaron o desaparecieron del mapa. En su declaración, recordemos, el campeón del Tour de Francia 2012 relató que la mercancía de ese paquete se trataba del medicamento Fluimucil, que el ciclista tenía recetado y permitido por la UCI.

Horas después de conocer la noticia, Wiggo ha querido dejar claro su opinión al respecto y ha lanzado un comunicado en su perfil de Twitter, que ha titulado Mi opinión al respecto: "Este periodo ha sido un infierno, una caza de brujas”. La Agencia Antidopaje Británica, encargada de la investigación, ha sido la peor parada en su relato: "La UKAD me ha causado un daño severo y, aún así, no son capaces de determinar mi inocencia al 100%". Y sentencia: "No quiero emprender acciones legales contra nadie, ahora solo quiero saber el origen de este calvario".