Contador: "No me sentí solo, ya me ha ocurrido otras veces"
El líder del Tinkoff quiso zanjar de una vez por todas la polémica con Kreuziger y el equipo, y añadió: "Me preocupa más la imagen que se transmitió". <a title="Etapa 8 del Dauphine en directo online, Albertville-Plateau" href="http://ciclismo.as.com/ciclismo/2017/06/10/mas_ciclismo/1497103721_916095.html">Dauphiné en directo</a>

Roman Kreuziger no se detuvo a ayudar a Alberto Contador en Le Lioran. Los directores del Tinkoff le ordenaron pararse a tirar de su líder, pero el checo se hizo el sueco. “No sabía que venía mal, creí que se encontraba a rueda. No oí la radio, hubo problemas de comunicación”, ofreció de excusas. En la salida de Arpajon, Contador habló claro: “Las órdenes del equipo fueron unas y su decisión fue distinta. Esa es claramente la realidad. El Tinkoff no falló en la táctica, Kreuziger adoptó esa resolución por su cuenta. Sin embargo, tratamos el tema y dejo atrás el malentendido. Ya se comprobará hasta dónde podemos llegar en este Tour”.
Kreuziger sólo atendió a la tele danesa y no respondió a los periodistas españoles. Incluso se puso a silbar mientras se marchaba para despreciar las preguntas de AS y TVE: “En los últimos metros no nos entendimos, nada más. En la escuadra conocemos nuestros roles y a Alberto le corresponde el papel del líder. Aunque se han escrito y dicho muchas cosas, las ignoro y me centro en la competición”. Traducido, le dio igual que Contador declarara a unos centímetros que desobedeció la estrategia. En 2013, un Kreuziger más en forma aparcó sus ambiciones para arropar al madrileño: acabaron cuarto y quinto, separados por un minuto.
Contador, que aún continúa tocado por los golpes en hombros y piernas, procuró pasar página: “No me sentí solo. La situación fue la que se produjo. Más que por mí, preocupa por la imagen que se transmitió del Tinkoff. A mí no me afecta, a lo largo de mi trayectoria me han sucedido bastantes ocasiones similares y para nada me vi mal. El ambiente dentro del grupo está bien”.
Pese a las palabras conciliadoras, en el entorno de la estructura rusa consideran la situación difícilmente reconducible: “Se aspira al maillot amarillo, al verde, al de la Montaña, a la general, a las etapas… El patrón pide resultados, cierra y ahora bromea con que no se marcha. Cada uno busca lo suyo, un polvorín”. Un problema que sí solucionará el Tinkoff: hoy deberían entregarles el bus reparado. Las conexiones informáticas fallaron, por eso los mecánicos no lograron descifrar el rompecabezas. El de la carrera pinta peor.