Chris Froome, de su infancia africana al segundo Tour

Christopher Froome nació en Nairobi, Kenia, el 20 de mayo de 1985. Sus abuelos y sus padres son británicos, pero se trasladaron al país africano por motivos de trabajo: la madre ejercía de fisioterapeuta en Nairobi; el padre (exjugador de hockey), de mánager de eventos en Sudáfrica. Compitió por primera vez a los 13 años. De chaval cazaba y coleccionaba pitones y escorpiones.

Con 14, su familia le mandó a St. John’s, un internado en Johannesburgo: “Empecé a correr en mountain bike en Nairobi. La persona que más me influyó fue David Kinjah (un exciclista negro que probó fortuna en Italia y regresó a Kenia para crear escuela). Luego me pasé a la carretera en Sudáfrica. Allí me formé también académicamente, estudié dos cursos de Económicas”. En 2006 participó en los Mundiales Sub-23 de Salzburgo con el maillot keniano, y chocó con un juez nada más bajar la rampa de la contrarreloj: “Guardo un bonito recuerdo. Me siento orgulloso de mi vínculo con África. Sin embargo, me considero ciudadano británico. Eso pone en mi pasaporte y es la nación a la que represento (desde 2008)”.

Froome se convirtió en profesional en 2007, en el Minolta sudafricano: “Que mi pasión sea ahora mi trabajo demuestra que, si te sacrificas, se puede alcanzar cualquier sueño”. En Sudáfrica se entrenaba con Robert Hunter, quien recomendó su fichaje por el Barloworld en 2008. Tras dos años allí, en los que disputó Tour y Giro con unos puestos discretos (83º y 34º), firmó por el Sky en 2010.

En los análisis previos le diagnosticaron bilharzia, una enfermedad provocada por un parásito africano que deposita sus larvas en el torrente sanguíneo. Una vez diagnosticado, la cura se prolongó hasta 2013. Antes explotó en la Vuelta de 2011 con una segunda plaza, la misma que ocupó en el Tour de 2012. En ambas ocasiones le frenó Wiggins. En 2013 alcanzó su sueño de la Grande Boucle. La sospecha sobrevoló su triunfo, como en este 2015. No obstante, y con una educación exquisita, Froome siempre se mostró tajante: “Compito limpio, no deshonraré el maillot amarillo”. Su mujer, Michelle, le hará padre en diciembre: “Otra motivación más”.

Froome: "Ha sido un Tour difícil encima y fuera de la bicicleta"

El ganador del Tour de Francia, señaló tras bajar del podio que su segunda victoria en la "Grande Boucle" había sido "muy difícil tanto encima como fuera de la bicicleta".

"El Tour es una carrera muy difícil, tanto sobre la bicicleta como fuera de ella. He tenido dificultades hasta el final, claro, pero así es el ciclismo y así es esta carrera", comentó. Froome explicó sus sentimientos nada más cruzar la línea de meta con todo el equipo Sky unido. "¿Qué puedo decir?", Estoy muy emocionado. Esta carrera es muy grande, tal vez demasiado. Al pasar la línea de meta con mis compañeros se me han juntado muchos sentimientos", dijo.

Sobre el ambiente hostil que ha encontrado por las sospechas de dopaje que le han costado incluso agresiones en carrera por parte de algunos espectadores, Froome dijo que le pareció algo "difícil de creer". "Ha habido momentos de mucha tensión, no me lo podía creer, pero estas cosas pasan en el ciclismo de 2015", concluyó. A pesar de los momentos duros, Froome se mostró agradecido a los aficionados.

"Gracias a los aficionados, creo que se abre una nueva era en el ciclismo, el maillot amarillo es especial y ahora conozco su lado bueno y malo. Esta prenda nunca la maltrataré y siempre estaré orgulloso de haberla vestido", afirmó. Finalmente, el campeón del Tour se refirió a su equipo y entorno más próximo.

"Estoy agradecido a todo el equipo Sky porque me han permitido superar los momentos difíciles del Tour. Especialmente a Brailsford y Kerrison (director, y preparador físico respectivamente). Y también gracias a mi esposa. Espero la nueva era que se va a abrir", dijo Froome, quien será padre en los próximos meses.