GIRO DE ITALIA 2015

Contador: “Cuando conocí el Giro de Italia, surgió un flechazo”

Alberto Contador es uno de los favoritos del Giro. El ciclista español inicia el gran reto de lograr el doblete Giro-Tour en 2015. AS habló con el líder del Tinkoff antes de partir.
Giro de Italia: Etapa 17 Riva del Garda - Iseo

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Contador: “Cuando conocí el Giro de Italia, surgió un flechazo”

—Este sábado arranca el Giro. ¿Cómo ha ido esa preparación por el Teide?

—Hemos hecho muchísimos miles de metros de desnivel, prácticamente los metros de desnivel que vamos a encontrar en el Giro, pero en dos semanas. Ha sido muy dura la concentración, pero estoy muy contento. También he dado una vuelta de tuerca para llegar en forma a la salida en cuanto al peso. Es un trabajo que se va a notar.

—Hace unos días colgó sus datos del potenciómetro en Twitter y se veían unos entrenamientos de gran calidad.

—Hemos hecho entrenamientos de muchísima calidad, muy largos, de mucho desnivel. Vinimos a terminar de afinar el cuerpo para el primer objetivo de la temporada. También hemos hipotecado hasta el límite la alimentación. Sí, algunos días los pasamos enteros encima de la bicicleta. Pero bueno, disfruto con ello y lo llevo bastante bien, a pesar de que sean siete horas o más.

—Antes corrió Andalucía, Tirreno y Catalunya.

—Me hubiera gustado tener mejores resultados, aunque la forma sí fue la programada. Antes de empezar ya dije que ir al Giro y al Tour me iba a hacer hipotecar el inicio de la temporada. He tenido buen nivel. En Andalucía no gané por nada. Y en Tirreno y Cataluña no estuve mal, pero a veces las carreras y los recorridos se adaptan mejor o peor. Las únicas dos cosas que me han alterado un poco son las caídas en Tirreno y Cataluña, que siempre trastocan algo.

—Ahora que habla de cosas que le han alterado, ¿cómo le afectó la salida de Biarne Riis?

—No me afectó en nada. Además, ahora la persona responsable es De Jongh, que es también mi entrenador y hablamos todos los días. A ver, Oleg Tinkov puede ser de una manera o de otra, pero para los negocios es una persona bastante inteligente. Y si cree que hay que prescindir de Biarne, es porque cree que se pueden hacer las cosas mejor. Y yo le apoyo, porque Oleg es el primer interesado en que el equipo funcione bien.

—A usted no le han acompañado los resultados, pero uno de sus rivales, Richie Porte, se ha salido con nueve victorias.

—Ha estado increíble desde el Down Under y ha contado las carreras por victorias o por poco. Se le ve muy motivado, sabe que tiene una gran oportunidad de luchar por una general y va a ser un rival difícil. Ahora habrá que ver cómo está. Pero mi nivel en el Giro será muy diferente.

—¿La contrarreloj de 59 kilómetros le hace más peligroso?

—Richie es muy fuerte en contrarreloj, pero es en la etapa 14, las fuerzas de cada uno habrá que ver cómo están. Hoy ni quitaría, ni pondría la crono. Está ahí y me adapto. Con algún corredor me perjudicará, pero en el cómputo global puedo salir bien parado.

—Y del resto del recorrido, ¿qué destaca? ¿Quizá esa última semana?

—Me llama la atención que al principio hay montaña, pero son puertos finales de poca pendiente: Campitello, Abetone, incluso Madonna di Campiglio tras la crono. En esas etapas puede haber alguna sorpresa, pero lo normal es que los favoritos estemos en un ramillete, con más o menos bonificaciones, hasta la contrarreloj. Ahí empezará realmente el Giro.

—Y en la última semana ya la liamos, ¿no?

—Espero que haya un buen espectáculo. Habrá que ver la situación de la carrera y las piernas del momento, pero hay terreno para hacer una bonita carrera. Hay varias etapas en las que los puertos decisivos no son el último, sino el anterior. Habrá que moverse de lejos y eso ayuda al espectáculo.

—Además de Porte, ¿qué otros rivales señala? ¿Aru, Urán…?

—Sí. El año pasado Urán hizo segundo en un recorrido que se le adaptaba peor, aquí tiene una crono larga. Y luego Aru hizo tercero en el Giro y quinto en la Vuelta, con el gran nivel que hubo, y con que mejore un poquito puede luchar por ganar. Destacaría a los dos al mismo nivel que Porte.

—Igual que le preguntaba antes por Riis, ¿toda esta incertidumbre que ha sufrido el Astana, ha podido afectar a Fabio Aru?

—Puede afectar, pero Aru, cuando nosotros llegamos al Teide, ya llevaba un tiempo allí. No acudió al Trentino porque se puso malo, pero fue directamente a otra concentración en Sestriere. Estoy seguro de que su preparación ha sido perfecta. Y ahora, encima, con la licencia ya confirmada, dispone de más tranquilidad.

—Usted contó en AS que fue uno de los artífices de que el Giro se televise en RTVE. ¿Por qué insistió tanto?

—Insistí tanto, ni más ni menos, porque cuando voy entrenando, todo el mundo me dice que cómo se pueden ver las carreras, que muchas sólo por internet… El Giro es muy atractivo, se puede dar un bonito espectáculo y tienes que mirar lo mejor para tu deporte. Los aficionados van a disfrutar y estoy muy agradecido a RTVE de que haya apostado por ello.

—También dijo: ‘Yo pondré mi parte, que es dar espectáculo. Sólo sé correr así’.

—Pues sí. Sacrificarme, ya lo he hecho. Hay que esperar que sea una carrera bonita. Luego habrá que ver el día a día. Los primeros puertos no son propicios para mí, pero veremos... El Giro es la carrera con más movimiento y menos control de las tres grandes.

—Recientemente nos decía Hinault que el Giro-Tour es posible y que el ciclismo agradecerá mucho su intento.

—Nunca sabes… He hipotecado el principio de temporada por este reto del Giro y el Tour. A la par tiene el atractivo de que hay gente que lo ve imposible, eso me motiva enormemente. Estoy listo físicamente para el Giro y psicológicamente mentalizado para lo que me espera después del Giro.

—Siempre ha dicho que le gusta mucho correr en Italia…

—En Italia me han tratado siempre de manera increíble. Cuando fui al Giro de 2008 conocí por primera vez a su afición. Me llamaron en el último momento, estaba de vacaciones, pero acudí por exigencias del organizador, que decía que si yo no estaba en la salida, no invitaban al equipo. Al principio fui para una semana, pero al final me quedé y obtuve la victoria. Fue increíble cómo me apoyó el público, incluso más que a mis rivales italianos. Desde ese momento fue un flechazo.

—¿Se corre diferente allí?

—Sí. En el Giro hay más equipos que toman la responsabilidad. En el Tour se ciñe más al Sky, a nosotros y a alguno más, pero aquí hay escuadras italianas pequeñas, equipos de escaladores, que se mueven en momentos en los que no te lo esperas y que desarrollan un papel diferente. Y además hay que destacar otra cosa que es la climatología, hay que intentar estar preparado para todo.

—El frío... Últimamente ha habido muchas suspensiones.

—Estás en mayo, en puertos por encima de 2.000 metros, con nieve y agua, en el norte de Italia, y al final te tienes que adaptar. Esto es ciclismo.

—El pasado miércoles se le echó de menos en la fiesta del 80 cumpleaños de la Vuelta.

—En el Teide estoy totalmente aislado. Un monje no, lo siguiente. El ciclismo está ahora tan profesionalizado, que el más pequeño detalle marca la diferencia entre ganar y no ganar. No puedes estar en diferentes historias porque al final no andas, y si no andas, malo…

—¿Y no se aburre en Tenerife? Porque al final dirá: ‘Pero si he pasado ya mil veces por las mismas piedras’.

—Sí, sí… Pero sabe qué pasa, que disfruto de lo que hago. Y aparte, estar allí me da calma. Es verdad que cuando vamos entrenando, como la ropa es muy llamativa, te hacen fotos, vídeos… Pero desde que me levanto hasta que me acuesto, todo gira en torno a la bicicleta. Por un lado se hace duro, pero por otro sé la presión y la responsabilidad que tengo, y no puedo trabajar como allí en ningún lado. Hay compañeros a los que se les hace interminable, pero en mi caso, aunque eche de menos a mi gente, eso es evidente, consigo una tranquilidad y una confianza grandes para preparar los objetivos.