Vuelta a España

Samuel Sánchez: “Somos unas auténticas máquinas de comer”

Samuel Sánchez habla sobre la dieta estipulada por su equipo, el BMC, para las tres semanas de competición en la Vuelta. Hicimos la compra de todos los productos
Vuelta a España 2017: Etapa 21, Madrid

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Un total de 3.181 kilómetros por recorrer con un único elemento: la fuerza de sus piernas sobre la bicicleta. Las tres semanas de la Vuelta, en las que el ciclista desafía a su propio cuerpo diariamente, arrancan este sábado en Jerez. Entre todos los ingredientes necesarios para enfrentarse a la dureza de cada una de las 21 etapas, la alimentación se convierte en la palabra clave para rendir al máximo. Si el común de los mortales necesita entre 1.500 y 2.000 calorías de media para superar su jornada de trabajo, un corredor puede quemar por encima de las 6.000.

La mejor forma de descubrir qué come un ciclista durante sus tres semanas de Vuelta es comprobarlo en primera persona. En Oviedo, Samuel Sánchez apura los últimos días de preparación. La nutricionista del BMC, Judith Haudum, nos facilita una lista con todos los alimentos y las cantidades estimadas de las que se compondrá su dieta. Un resumen que consta de dos partes: el sustento normal y lo que Samuel y sus compañeros consumirán en carrera. Un gran carro que a cualquier persona corriente le bastaría para superar dos meses de manutención saludable.

La alimentación diaria de un corredor, según el asturiano, se resume en una frase: “Somos unas auténticas máquinas de comer”. Lo que nunca se pasa es hambre, porque sería mala señal: “Significaría que la temida pájara está al acecho”. Para mantenerse con las reservas a tope en competición, la lista incluye diversos productos energéticos. En este nivel, el alimento más de moda son los geles, un formato que permite más comodidad durante las jornadas y mayor rapidez en la absorción de los nutrientes.

El menú. En el menú habitual, por la mañana toma arroz y papillas de avena, entre otras muchas cosas, y por la noche, ensaladas, pollo, carne, pasta, una tarta casera que les prepara el cocinero del BMC… Y si todo esto no fuera suficiente, Samuel cuenta que durante una gran cita “siempre hay una habitación con comida y antes de ir a la cama se pica algo”. Una labor tan importante como la de la bici requiere poder tener gasolina suficiente al día siguiente.

Dentro de la relevancia que cada profesional procura a su alimentación, Samuel Sánchez la mira y la cuida “quizá demasiado”, y concede una importancia especial a la recuperación: “Al acabar la etapa cada uno tiene su bebida energética, su proteína y sus carbohidratos”. A continuación, llega la comida post jornada: “La más importante del día”. Así explica por qué: “Tenemos siempre un aporte de carbohidratos, con una pequeña porción de proteína, y nos insisten en la necesidad de seguir alimentándonos dos o tres horas después de esa principal reposición de energía, para no dejar que el cuerpo entre en estado catabólico. Si no, no podrías recuperar para la jornada siguiente”.

El otro pilar de la nutrición es la hidratación. “Al día podemos beber más de diez o doce litros de líquido, porque todo se prepara con agua y debemos beber aunque no tengamos sed, porque siempre hay que permanecer bien hidratados”. Con el paso de las etapas “el hambre va bajando”, pero tienen que quedarse llenos en la cena para días sucesivos. Lo que más destaca Samuel es “la cantidad de barritas, de plátanos, de galletas, de leche o pollo que se puede consumir. Se trata de muchísima comida una vez que se empieza a prepararlo y a dosificarlo”.

Y, a pesar de no estar incluido en la relación, no es cierto que los ciclistas no coman chocolate o no puedan tomarse un café, o unos cuantos. “Los corredores comen chocolate, nos ponen el de 80% de pureza, es el más saludable”. Y también se bebe café, “sobre todo los extranjeros, los belgas y los americanos toman muchísimo”. Lo que sí que está prohibido, o al menos no recomendado, es perder peso en carrera: “Si bajas mucho te fallan las fuerzas. Te quedas muy demacrado, el aspecto y el gesto te cambian por el esfuerzo. Adelgazamos como mucho un kilo durante las tres semanas de la Vuelta”.

Antojos. Los pequeños lujos se permiten “cuando se gana una etapa o una carrera, es costumbre abrir una botella de vino o de champán en la cena”. Los caprichos tocarán en su regreso a casa, cuando termine definitivamente la temporada. El asturiano responde rápidamente, mientras se le dibuja casi sin darse cuenta una gran sonrisa: “Una buena fabada, una tortilla de patata y unos culetes de sidra. Sin duda”.