Dos rostros de la consternación se vieron ayer en Vizcaya. A las diez de la mañana, en la explanada del museo Guggenheim, un minuto de silencio sepulcral. Dos horas más tarde, ruidosos aplausos, en el improvisado velatorio instalado a pie de carretera, justo donde murió atropellado, una semana atrás, Iñaki Lejarreta. Y se leyó un manifiesto pidiendo respeto, "para que la práctica del ciclismo y el uso de la bicicleta deje de ser una actividad de alto riesgo".

Fueron 32 kilómetros de hondo pesar. Al final se desbordaron las previsiones de los organizadores y se reunieron ocho mil ciclistas, agrupados bajo el lema Al igual que a ti, mi familia me espera; respétame. A la misma hora en Madrid también hubo una concentración, en Plaza Castilla.

En Iurreta la caravana fue recibida por toda la familia de Iñaki: sus padres, su hermana y su viuda, Naiara Telletxea, exciclista de 29 años que espera su primer hijo para el mes próximo. No faltaron rostros conocidos de Euskaltel Euskadi, Movistar y Orbea. También acudió el nadador paralímpico Richard Oribe y el futbolista Ustaritz. "El mensaje llega algo tarde. Llevamos reivindicando más seguridad desde hace tiempo. Esta respuesta es una pasada. Somos los más débiles. Seré ciclista toda mi vida y el temor no te lo sacas nunca", afirmó Igor Antón.

"La reivindicación es la educación vial. Sin respeto todo esto no vale para nada", proclamó Miguel Madariaga, exmánager del Euskaltel Euskadi. Cerca del punto final de la marcha, el cuerpo de bomberos con sede en Iurreta desplegó una grúa gigante, de las que suelen utilizar en los rescates, al final de la cual colgaron una bicicleta.