Una montonera a 25 km de meta provocó una auténtica escabechina en el pelotón. Astarloza (codo izquierdo dislocado), Poels (traumatismo torácico), Vigano (luxación de hombro) y Danielson (traumatismo craneal) abandonaron inmediatamente. Valverde, Mollema, Brajkovic, Frank Schleck, Rolland, Peraud y Scarponi quedaron rezagados y se dejaron 2:09. Gesink y Kruijswijk, 3:31. Hesjedal y Daniel Martin, 13:24. Todos ellos llegaron magullados, con heridas de mayor o menor gravedad.

Amets Txurruka y Gorka Verdugo concluyeron la etapa, pero hoy no tomarán la salida debido a sus lesiones. Txurruka se fracturó la clavícula (esta vez, la derecha) por tercer Tour consecutivo, y fue trasladado al hospital de Nancy entre lágrimas. Verdugo sufrió un corte terrible en la tibia izquierda, de 10 centímetros de largo y uno de ancho.

Óscar Freire se fracturó una costilla y tiene un pulmón perforado, así que los Juegos están prácticamente descartados para él. "No podía casi ni respirar", aseguró en la meta. El cántabro se cayó en el kilómetro 37. Wynants acabó con otras dos costillas fracturadas.

La Clínica Militar de Metz reunió en sus pasillos a 15 ciclistas. Iván Gutiérrez, con el cartílago de la rodilla dañado, e Imanol Erviti, con fuertes golpes y erosiones, eran los más afectados del Movistar, que vio cómo todos sus hombres besaban el suelo. Alejandro Valverde, con el codo izquierdo raspado y la parte derecha de la cadera dolorida, padeció dos caídas y expresaba así su malestar: "La gente va como loca, parece que todos vienen a ganar el Tour. Nadie frena ni respeta nada".

Thomas Voeckler ofreció su razonamiento, muy crítico con el pinganillo: "Cuando alcanzamos ciertos puntos, los directores de las 22 formaciones nos dicen a la vez que debemos estar en cabeza. La calzada mide siete metros, y no hay sitio para 198 corredores".

Haimar Zubeldia, curtido y veterano, pasó los percances indemne y opinaba lo mismo: "No tenemos carretera para todos".