El mismo pulso, con los papeles cambiados y resultado idéntico. "¡Valverderato!", hay quien grita con sorna en Euskadi. Continúa la polémica en la Vuelta al País Vasco. La victoria de ayer de Valverde en la segunda etapa, con final en Viana, abrió sombras de duda. En un final calcado al de la jornada previa, pero sobre un suave repecho y en la parte derecha, el murciano arrancó con fuerza, cambió su trayectoria y esta vez fue Freire el que quedó encerrado contra las vallas, pero los jueces dejaron las cosas como dictó la carretera.

El precedente deja el beneficio de la duda, aunque la maniobra de Valverde quizá fue más leve que la del cántabro el lunes en Zierbena. Transcurridas 24 horas, pocos comprendían en línea de meta cómo el juez internacional checo que se encarga de arbitrar esta carrera dejara segundo a Freire, cuando lo normal es que fuera relegado a la posición vigésimo cuarta, la que ocupó el último corredor del primer grupo. El presidente del jurado técnico manifestó que la maniobra del cántabro "únicamente entorpeció a Valverde, no al resto del pelotón". El caso es que el Caisse d'Epargne está muy fuerte y ayer el trabajo de Urán lanzando a su líder también fue para quitarse el sombrero.

La jornada se caracterizó por el fuerte viento que sopló desde la salida. Los últimos 20 kilómetros fueron eléctricos, gracias a que el trazado acompañaba. Se sucedieron los intentos de fuga. Gómez Marchante lo intentó y David López protegió a Valverde en un pelotón totalmente estirado.